Pliegos Entintados

martes, 5 de marzo de 2013

Capitulo 6 ----- Hanna & Alexa

Así es... cuando creía que no publicaría mas de esto... pues... Dije ¿por qué no? hehehe
y como se estaba ''empolvando en el ordenador'' haha, mejor publicarlo.



6- Hanna

La, la, la, la…
Apretando puños, cerrando los parpados con fuerza, deteniendo el delgado y frío cuerpo de mí casi hermana, lo suelto:
-Lo besé…
Me mira muy poco sorprendida.
         -¿Es en serio?
         -Lo siento… mas bien… él me besó yo no…-Era verdad, yo solo accedí, pero no comencé.
         -¿Por qué te disculpas?
         -Tú sabes por que… No sé, sabes que me gusta, pero sé que no debía… Me siento fatal desde que ocurrió…
         -¿Cuándo ocurrió?
No debí decirlo.
Estoy muerta.

***

Entiendo porque Alexa vive conmigo… Y no me refiero a los arreglos legales que se tienen que sufrir, si no al que yo quisiera que ella estuviese conmigo desde el primer día que se quedó a dormir conmigo hace… no sé, muchos años. Lo que sé es que la quiero, que la conozco muy bien, incluso mas de lo que ella se conoce a sí misma; pero también sé que todos tenemos esos momentos en los que no nos reconocemos y resultamos tener una reacción distinta a lo que se esperaba. Alex no puso mi ojo morado, no me pateo el trasero -no es que  lo hubiese hecho antes- , no me insultó, no se molestó, ni siquiera se inmutó, se limitó a mirarme durante unos instantes eternos.
Estaba en clase de química, analizando detenidamente su reacción, no esa mierda que puso el profesor en la pantalla, hablábamos de los compuestos químicos de los alimentos, eso es algo que no deberían estar explicándome a mi si no a ella, parece que mis profesores no entienden que yo no lleno mi cuerpo con contaminantes poco digeribles, a veces me pregunto como es posible que no aya terminado en un hospital todavía.

Sigo con el tema incluso cuando termina la clase y estoy guardando mis libros en el casillero, sigo analizando a mi hermana –si es que la puedo llamar así- incluso después de que Ray cierra la puerta de golpe para llamar mi atención, ni siquiera me molesto en mirarlo, mi vista está fija en la puerta gris que tengo frente a mi nariz.
         -¿Se supone que eso es común?- Pregunta.
No sé a que intente referirse, no me importa realmente. Cierro los ojos con fuerza. Me sorprende tocando mi mejilla con una delicadeza que me desestabiliza. Soy fuerte por suerte así no me tiemblan las rodillas lo suficiente como para lucir ridícula. Abro los ojos, no quiero que crea que me complace su contacto (aunque sea así).
         -¿Necesitas algo?- Pregunto, alejándome de él y su cálida caricia.
         -No realmente. Bueno, no en este preciso momento, pero si me dejaras volver a lo que estaba…
         -¿No tienes clase? Oh es verdad- Interrumpo- Aunque tuvieses una clase, no necesitas asistir porque ya sabes lo que pretenden enseñarte… Haz vivido mucho. ¿Cómo van a intentar enseñarte sobre el inicio de la historia, si fuiste un de los que la presenció?
Debo admitir que eh sonado drásticamente como Alexa y eso no es del todo agradable. Me siento mal por hablarle así, nunca antes me había dirigido a él de esa manera, siento que no debería tratarlo diferente. No ha pasado tanto tiempo desde ese último día en que éramos amigos, cuando creí que los vampiros eran… bueno ni siquiera pensaba en ellos.
         -Tampoco soy tan viejo.- Dice.
Le sonrío vagamente y me alejo. Solo se acerca a mí por detrás y susurra…
         -No escaparás, debemos hablar sobre lo que pasó.- Y desaparece.

Alexa… ¿Ella también quisiera besar a Trevor, como yo lo estoy anhelando? Si es así, no entiendo porque no sé molestó cuando se lo dije.
El almuerzo pasa sin más ante mis ojos. Compre mi trozo de pizza junto a Alex, tenemos una clase juntas. Vamos a nuestra mesa habitual y Brenna ya está ahí junto a Cail. Janelle llega apresurada con el aliento cortándole la voz.
         -¿Me eh perdido algo? –Ella pregunta y Simon aparece.
         -Justo preguntaba lo mismo.- Él dice.
No entiendo nada al respecto. Miro consternada a mis compañeros. Y luego como por instinto veo más allá.
Seth, Trevor, Ray, Denisse, Wendy y desgraciadamente Ashley están ahí. Me detengo a ver la escena.
Todos ellos, entrando en la cafetería como no lo hacían hace tanto que había olvidado que alguna vez lo hiciesen.
Ninguno mira a nadie, solo caminan como si fueran modelando ropa de se desase con un movimiento en falso. Todos ocupan la mesa del fondo, me parece que uno de ellos –Clay-  hace como un gruñido para alejar a un chico que estaba cerca de su perímetro. Entonces ellos se sientan, comienzan a lanzar miradas al aire antes de iniciar lo que parece será una junta importante, algo que me había explicado Simon con antelación.
Entonces veo a Seth levantarse de una forma algo graciosa, como si de esa forma en la que camina no lo fueran a ver escapar.
         -Han estado atacando sin permiso. Caserías ilegales, lo que mas hace enojar a los altos mandos.- Explica Cail.
Seth sale por la puerta y entonces veo lo que creí dejaría por la paz… Unos segundos después, Megan sale a su encuentro.
No es realmente lo que creí que ocurriría, Seth es fuerte, razonable, y olvida todo cuando está con ella, no sé que es lo que puede llegar a ocurrir cuando está besándola.
         -Este fin de semana fue intenso.- Dice Cail, continuando con la explicación que me eh perdido.
         -Ni que lo digas- Coincide Alexa.
La miro sin entender y ella me mira con picardía.
         -¿Qué ocurrió Hanna? Saliste disparada, no pude hablar mas contigo.- Me distrae Simon.
         -Tenía que irme. –Digo, tratando de que parezca que no le doy importancia.
         -¿Porqué irte cuando podrías haberte quedado ahí para besarte mas y mas?
Eso es lo que estaba debiendo de preveer y no otra cosa, pero no lo pensé en esos momentos. Ahora, estoy con este problema de revelar la verdad através de mis mejillas sonrojadas. Esto no deberían saberlo, pero ahora me miran con esa complicidad desagradable, esa con la que solo miramos a Megan.
Injusto.
         -No sé de que…- Intento.
         -Debes decirme todo ¡¿De que habla Alex?! ¿Qué ocurrió este fin de semana?- Pregunta Janelle con esta sonrisa de par en par que me apena.
         -Tengo esa duda, pero no sé si realmente quier escucharlo.- Informa Cail confundido…
No sé que esperan escuchar.
Voy a decirlo y ya, si se lo dije a ella, contárselo a todos es pan comido ¿no?
Estaba justo por decir algo, tenía mi boca abierta y todo… cuando sus pesadas manos están en mis hombros…
         -Dije que no escaparías, vamos a hablar.- Está tan tranquilo al hablar que me asusta.
         -¿Esto es?- Janelle, es buena sospechando y acertando.
Sacudo la cabeza.
         -Me la robaré un momento.
Brenna se burla a mi lado. Debería ser Megan… no yo. Definitivamente.

Que curioso resulta ver a unas… ocho parejas a lo largo de tu recorrido por el pasillo y el aparcamiento cuando vas con el amor de tu vida, que sabes que no podrá estar incluido en tu vida. Jamás.

         -Antes que nada… Eso… eso fue increíble, y realmente quiero repetirlo.- Dijo.
¿Acaso Ray no sabe que pienso en eso tanto o más que él?
         -¿En serio?
Finjo no tener interés. Pero de verdad que no sé porqué lo hago.
         -Sé que tu también. Así que dejemos de fingir no tener interés.
¿Leyó mi mente?
Eso creo.





Es normal sentir la desilución venir



Yo sé porque hago esta entrada y no... No es para tener dos de ''marzo'' no, no, no.... Bueno ayuda pero no!
Es que leí algo que me confundió y despertó esa cosa que me incomoda de mi blog.
Yo sé que  no mas de diez personas lo han leído realmente... Pero, no sé, hay cosas que realmente eh querido compartir con esas... 3 personas constantes o 2 no sé. El punto es que alguien lo lea y de su opinión.
Me eh desilusionando incontables veces y por eso no eh llegado aun a las 100 entradas, porque no le encontraba sentido publicar para mi y otro lector que no tengo la certeza de que lee lo que con tanto entusiasmo he escrito.
Pero bueno, me eh ganado el que dos personas me conozcan con el seudónimo que yo misma me di, me eh hecho de las gratas palabras de apoyo y aliento de dos chicas que aun sin conocerlas las considero mis amigas, me eh ganado sus palabras en un blog que no tienen necesidad de ver, pero que lo hacen con constancia o no, pero lo leen y eso para mi ya es demasiado. Ellas me han apoyado mas que las supuestas "amigas" que tengo cerca, en mi misma clase, con supuestos gustos similares a los míos. Estas chicas me apoyan, me alientan y no compiten contra mi, por el contrario cada cual ha ido plasmando sus ideas a su manera y me encanta la autenticidad que poseen.
Yo no tengo porque escribir.... Tal vez no... Pero tampoco tengo por que no hacerlo.
Me gusta, hace años encontré que esto me llenaba de una manera en que otras cosas no.
Yo escribo para superarme a mi y no para competir con nadie.  Escribo.
Y, es verdad que en muchas ocasiones mi vista para este lado carece de sentido, no lo dejo. Tal vez mi constancia sea diminuta, quizás no me eh esforzado por conseguir seguidores... verdaderos seguidores, no lo sé.
De verdad que al principio de esto estaba llena de ilusión, y aspiración para que todo resultara satisfactorio.
Pero solo conseguí el aliento de no mas de 5 personas, el desaire de otras cuantas mas, el que otras cuantas me ignoren, y en el camino eh perdido la confianza de otras... pero no necesariamente por el blog, pero ha ocurrido en el mismo trayecto.
Pero no me eh rendido, pero puedo dar más.
Eso si... Mis historias seguirán fluyendo como a mis ideas les salen alas sin darme cuenta.
Yo no planee estar aquí, pero estoy y no me voy. Aquí sigo, porque sé que unos ojos en algún lugar me leerán y sus ánimos me llegarán.


Gracias a los que han estado ahí para mi.
Gracias a los que me dan la espalda indirectamente, porque por ustedes me di cuenta de que no debemos depender de nadie para ser felices, por que gracias a ustedes me di cuenta de que tan hipócritas llegan a ser tus "amigos de verdad"
Yo estoy bien. Porque estoy aprendiendo a ser feliz, con lo que hago, digo, pienso... con lo que escribo.

¡Gracias de verdad!
¡Gracias Myra & Triss! De verdad que sin ustedes esto no sería nada, y esta parte de mi estaría muerta.

¡Besos!


Gusto por Sufrir Capitulo ¡40!

Siiii!!!!!!!!!!!!
Iniciando el año con esta historia... Con el capi no. 40!!!!
Y los que faltan... han de pensar que es una historia eterna o algo así jejeje perdón, pero pues... acabará cuando tenga que acabar x3
Aqui el ¡40!


40 En la tormenta


Me dolía el cuerpo. Pero no más que a todos los otros, y no más de lo que le dolía a Lucia haber perdido a Mason.
         -¡No debí dejarte ir!- Repetía Monique una y otra vez.
         -No es nada.- Intentaba calmarla.
Los otros no habían aparecido. Solo Patton, Beth y Jason estaban en la sala. Junto a Monique que me ponía un ungüento en el abdomen para bajar la hinchazón del golpe. Era tan extraño, incluso salía sangre, pero no me dolía. Tomé otro poco para mis brazos y pernas

Beth lamentaba demasiado el no haber ido. El no haber ayudado, creo que el que incluso yo fuera la ponía aun más devastada. Los chicos tenían varios moretones, golpes, magulladuras, pero no se quejaron, en ningún momento.

La lluvia no desapareció. Fui a la planta alta (con ayuda de Jason, pero creo que eso no le agradó) y en la estancia empecé a leer un libro. Todos los que habían eran de Mia o Joe. Todo el reparto de libros olvidados o releídos, eran demasiados; había una gran estantería para todos ellos. Me coloqué en el sofá más grande que vi, había tres, Jason no se fue y se sentó en el más cercano a mí. Desgracia.
¿Por qué me ponía a leer? ¿Por qué razón, si estaba enlodada, sucia y golpeada? Bueno, simplemente por que quería esperar a los demás, y por que no podía entrar en el baño.
         -¡Mel! Ya te había mostrado mi habitación ¿no? Vete a dar una ducha- Me gritó Mia mientras subía los escalones.
         -Oh. ¿No lo harás tú?
         -No, sé que debería pero me tocará la primera guardia, lo haré cuando regrese, no deja de llover y me voy a ensuciar más. No tiene caso.
Jason no dijo nada, solo se quedó ahí mirando el suelo. Patton subió.
         -¡Eres realmente sorprendente!- Alardeó.
         -Claro que no.
         -Oh por favor. No seas modesta. Me sorprendiste, a él también aunque no lo diga.
Señaló a Jason y se sentó en el otro sofá. Ambos se miraron, pero a diferencia de mis amigos, ellos solo se miraron, no intercambiaron nada. Eso me agradó, me sentía cómoda, a pesar de que no parecía caerle bien a Jason, ambos me brindaban una extraña e inconciente comodidad que agradecía por completo.
         -Si, me sorprende que me obligaran a cargarte, cuando te podías venir aquí caminando.
         -Disculpa.- Le dije, la verdad es que yo hubiese preferido volver caminando, pero, mis piernas no estuvieron de acuerdo.
         -Jason, no sabes nada. ¡Que caminara fue gracias a su marca!
Que dijera ‘‘marca’’ me hacía sentir como un objeto, una pieza de exhibición barata. Pero bueno, yo aun no sabía como era apropiado llamarle. Jason solo frunció el seño. Mia salió de su habitación con mi mochila, ella estaba empeñada en que tomara un baño.
         -No tiene sentido que tuviera que traerte en mis brazos. Eres muy floja.
         -¡Disculpa desorientado! Ella no pude caminar.-  Mia le reprochó ¡Que coincidencia, Dick subió con mi silla en mano, la dejó en una esquina junto a la pared.
         -Si. Monique me lo dijo. Lo siento mucho, tu historia si que es complicada- Patton me dijo, lo cual me sonrojó.
A Mia le gustaba Patton. Si salieran, sería una extraña combinación. Rubia con chico raro de cabello corto y de un tono peculiarmente beige. Con afición a la ropa holgada; a pesar de todo eso, era alguien agradable.
         -Ya te lo diré.- Le mencionó Patton a Jason.
Él solo hizo ademán.
         -Si como sea. Tú, entra al baño.- Ordenó Mia.
         -¿Es en serio?- Al tiempo Miriam y Cole subieron.
         -Terminamos el trabajo.- Dijo Cole exhausto.
         -Si, yo me voy. - Anunció Miriam- Derek se va conmigo. ¿Jason?- Me extrañó que le nombrara- ¿Te quedarás aquí o quieres ir a lo de Cole esta noche?
         -Estaré bien por aquí.
         -No hay mucho espacio aquí y no puedes estar afuera, la tormenta va empeorando.
         -No importa, no dormiré.
         -Es cierto. Bien, como quieras.- Miró a Cole de soslayo.
Cole no estaría en su casa y su novia se la ofrecía al chico que acababan de ‘‘atrapar, secuestrar o lo que sea’’, pero no creo que fuese agradable.
Mia tiró de mi y me obligo a entrar en la ducha, por suerte pude quedarme de pie. Me puse ropa suave y cómoda, intentando no lastimarme los raspones. A través de la alcoba de Monique, donde estaba la ducha más cercana, se filtraban las voces de la estancia, se percibía su conversación. Eran como una gran familia, una gran familia discutiendo, bromeando, disculpándose; olvidando los problemas que los asechan, por que estando juntos nada parece poder vencerlos.

Me agradaba estar ahí, pero no podía olvidarme de lo que había dejado: mi familia, mis propios amigos, mis recuerdos, Rodrigo. No me sacaba de la mente a Carrie que me mintió durante demasiado tiempo. Y tampoco dejaba de lado a Zack, quien me confesó lo que realmente es, confiando en mi y yo sin poder confiar completamente en él; dejándolo e ignorando que existe, ignorando su preocupación por mi, dejando de lado sus mensajes y sus llamadas perdidas en mi móvil. A Ethan que, por desgracia siempre supe que me quería en serio y nunca hice caso; siempre seguí con el juego, sin saber en donde era broma y donde realidad. Todo, todo permanecía en mi mente y sacarlo significaba un dolor imperdonable. No podía y no iba a hacerlo; a todos los quería, hasta la última persona que conocí.
Ellos eran resquicios aun frescos en mi memoria, partes valiosas de mí ser.
Salí para poder irme a la cama de Mia. Su habitación era la más cómoda, cálida y pequeña de todas; con un gran ventanal en lugar de pared. Esta noche no estaría en casa y yo tomaría su habitación prestada.
Miriam se había ido. De hecho no quedaba nadie en la estancia. Abrí la puerta aferrándome con fuerza a la perilla. Girar y entrar, parecía sencillo. Encender el foco era lo complicado. No me percaté de nada hasta que cerré la puerta poniendo el pestillo.
Al girar lo primero que atrajo mi vista no fue la cama (por ser lo de mayor magnitud) si no el chico mas al fondo. Jason estaba allí.
         -¿Qué haces aquí? ¡Sal ahora!
         -¡Bien, pesada! No creas que pensaba hacerte algo. Ni que tuvieras tanta suerte.
         -¿Disculpa?
Eso si que me indignó, pero no debió ser así.
         -Bueno, es que te alteras solo por que quieres.
         -Y… ¡¿no debería?!
         -¡No!- Fue un regaño que ni de mi madre recibía en años.- Primero escucha por que estoy aquí y luego te alteras como loca. ¡Por lo menos!
         -Pues habla de una vez, así mas rápido te vas.
         -Venía a disculparme por molestarme contigo, burlarme sin saber lo que te pasaba Y… -dio un gran énfasis ahí- por decir que estás pesada. Si lo estás, pero no debí decirlo.
         -¡Ja! Y por una milésima de segundo pensé disculparte… ¡Largo!

Soltó una risa maniaca. Abrí los ojos como platos, él estaba loco no yo. Se puso en una pose de macho altanero y se encogió de hombros.
         -¡Hay por favor! No espero que me disculpes, yo cumplí.
Se acercó a mi, no, a la puerta, yo la obstruía.
         -Deberían revisarte la quijada, aun estás sangrando.
Él miraba la perilla aun aferrada a mi mano. Pero con mis palabras me miró directamente a los ojos. Sentí decepción y emoción al instante. Decepción; por que su mirada me electrificó mucho más que cualquier otra, más que la de Zack o Rodrigo alguna vez. Emoción; por que así fue.
         -Lo haré.- Dijo fríamente. Miró de nuevo la perilla, mi mano seguía allí.
Yo no despegué mi mirada de su rostro. Mis ojos eran tan buenos cuando querían. Que deduje mucho con solo mirarle, como hacía siempre.
         -Ya nos habíamos visto ¿no?
Hizo una mueca. Seguida de una sonrisa irónica.
         -No. No desperdicie estos meses mirando a personas lamentables.    
         -Gran intento. Pero no evades mis pensamientos con eso. Yo ya te eh visto.
         -Pues que afortunada, por que yo a ti nunca.
         -¿Qué eres realmente?- Le dije fascinada. Ahora su mera presencia era algo inquietante, más nuevo y fascinante.
         -Un Eternit.- Apretó los labios, evitando el temblor en ellos.
         -No es cierto.
         -Si, si lo es. ¿No querías que me fuera?
Sujetó la manija, solo logró electrificarme tocando mi brazo. Bajé mi vista miré la escena de nuestras manos y volví a mirarle de frente. Nunca le tuve miedo, en ningún momento de este pequeño lapso de tiempo.
         -Tú fuiste a la ciudad. Y cuando le dije a Ethan que sentía a alguien mirando… no era Deborah o Lerk… Eras tú. ¿Por qué?
         -¿De qué hablas?
         -No nos conocemos. Y según sé, tampoco conoces a los shadows. ¿Para qué nos vigilabas?
         -En serio chica estás mal.
         -Oh. ¡Y ahora resulta que ni mi nombre sabes!
Solté la perilla y apreté sus hombros lo adherí a la pared y calló sentado en el asiento de cuero cerca de la puerta. Recurrí a la silla más próxima (la única) y la puse en la puerta. La otra salida era por la puerta de cristal, pero estaba colocada de forma que nadie pudiera abrirla.
         -Si eres un Eternit…- Con los codos en las piernas acerqué mi cabeza, él se negaba a voltear.- ¿Por qué no tengo la misma conexión contigo que la que tengo con Patton?
Soltó una risa seca.
         -Solo lo dices por que él te habló y gritó lo de la marca. Pero te informo que ese chico le habla a cualquiera, le fascina convivir con desconocidos que parecen agradables.
         -No hablo de eso y lo sabes.- Arrojé la mirada mas amenazadora que pude.- Bien puedes no confesarme pero… no me dormiré hasta que lo hagas, esto nos puede llevar horas, no importa. Tengo la ventaja de que tanta droga en mis venas me hace perder el sueño fácilmente.
         -¿Te drogas?- Lo fulminé con la mirada- Ya sé, ya sé. Hablas de medicina.
         -Idiota.
         -Lo que sea. Haber quien cae primero. Secuestradora, maniaca.
         -No eres un lobo, no eres Eternit y obviamente Shadow tampoco… ¿Qué?
         -Soy un Eternit ¿Bien? No soy quien dices que vio a no sé quien.
         -¡Si lo eres! Y la mejor prueba es que y te soñé.- No debí soltar eso, tarde para arrepentirse.- Ya sabes eso de los Eternit y sus locas visiones…- Fingí reírme.
         -Obvio lo sé. Por que soy uno…
Curioso, era un prospecto de discusión pero no gritábamos o nos alterábamos de más. No estábamos tensos o nuestros nervios iban a explotar. Gritábamos pero por lo bajo, y a pesar de todo me sentía a gusto platicando con él.
         -Lo que sea. Yo puedo soñar con las personas que no son… humanas y las sueño antes de conocerlas. ¡Y soñé contigo!
         -¿Y? Eso no dice nada.
         -¡Te sentí! En el sendero para ir a mi casa… ese eras tú.
         -No. Y estás muy zafada.

¿Quién puede ganarle a gente así? No sé, pero no me daba por vencida; eso quería, continuar.
         -Si, cree lo que quieras, pero sé que eras tú.- Susurré inculpándole.
         -Eso debía decírtelo yo a ti. ¡Cree lo que quieras!- Rió sarcástico- Eres rara.
Le dediqué una enorme y posiblemente aterradora sonrisa.
         -Si, eso te ha de encantar ¿no?
No dijo nada, solo me sonrío.
No me paré ni un momento. A veces lo miraba a veces miraba la ventana, otras no sabía de mí, otras sacudía la cabeza evitando el sueño.