Gusto por Sufrir 2do Capitulo.

Bien, espero que les agrade y lo disfruten!!!

2 El primer día

         -Melanie. ¡Melanie, ya despiértate! ¡Mandaré a tirar la puerta!

Así de linda es mi madre. En todo el día evita mi vida, pero por las mañanas… prefiere que no llegue tarde a clases. Que considerada ¿no?

Luego de eso me lave el rostro y cepille mis dientes, mi habitación es grande, espaciosa y por fortuna tengo mi propio baño; me quité la ropa de dormir me puse limpia, me detuve en el espejo que está a un costado de una de mis ventanas y comencé a cepillar mi cabello. Analizando la relevancia de mi sueño -El que tenía antes de que mi mamá… Eso-

¿Cuánto de eso no había soñado ya antes? Cosas confusas y con chicos atractivos que no conozco. Personas amenazándome a muerte. Animales salvajes que por muy raro que parezca, me protegían la mayor parte del tiempo. Con una secuencia mas o menos así: Lobos, Osos, Lobos, Pumas, Lobos, Lobos, y… mas felinos. En fin. Mayormente lobos. Luego mis amigos. Que realmente no sé que hacen ahí, cuando siempre sueño con desconocidos (Oh, y jamás escucho sus nombres. Bien por ellos. No puedo demandarles por invasión de la privacidad. Pero tampoco a mis amigos se puede. Gran dilema).

 Terminé, tome mi bolso y abrí la puerta, salí disparada, y logré llegar a la cocina intacta, ahí estaba mi mamá con tres desayunos preparados para comerse y una despedida audaz y algo cruel, claro que eso era de esperarse.

Fernando, mi hermano, también estaba ahí, desperdiciando ambiente como siempre. Mi madre lo saludó calurosamente.

         -¡Buenos días! Espero que hayas descansado muy bien, y que tengas energía para continuar toda la semana.- Dijo ella alegremente.

       -Sí, así fue, no tuviste que despertarme como a tú hija.- Si, tan lindo el hermanito. Que por cierto, es mayo que yo. Tiene 19 años, casi nada, pero lo hace creerse superior.

      -Es muy temprano y ya vas a fastidiarme.- Respondí enfadada.

      -Sí, supongo que sabes las reglas prioritarias de esta casa.

       -¿No te comas los mocos mientras comes, como lo haces tú? Ó la que dice No interrumpas a las personas normales cuando intentan hacer tareas. ¡Ya recuerdo! Dice: No mojar la cama- Reproché yo.

       -Ha, ha, tus bromas no mejoran; pero no, lo que sea; la regla más importante es: dejar que el hermano mayor te moleste por… obviamente ser el mayor.

      -No creo soportar otra tontería- Justo ya me disponía a irme, pero recordé que mi madre estaba en la habitación y solo con levantar la mirada vi en su rostro los regaños que estaban en mi porvenir. No dije nada y, sin probar bocado, salí corriendo, disparada como sí mi vida dependiera de ello. (Así era)

***

Quince minutos antes de que comenzara la primera clase, yo estaba allí, no era que esperara llegar temprano ó ser puntual solo, pasó.

Lo único que esperaba era que nada entre nosotros cambiara, y con “nosotros” me refiero a todo el grupo; y es que luego de casi 4 años de estar juntos sin, ni un solo cambio, de maestros, compañeros, amigos, y todo eso; no esperaba ni quería nada nuevo. Personas iban y venían, pero no de nuestra clase.

Me senté en mi banca y por suerte estaba al lado de la pared así que pude recargarme con facilidad y sin que nadie me molestara. Exacto, ya era mía y no me lo podían discutir. Yo era así, no podía evitarlo, hacer lo que quería o creía mejor, aunque no lo quisiera dar a conocer.

A lo lejos veía como mis  supuestas amigas se acercaban: Carrie, Jackie, Marisol, Jen y Jessica; llegaron a mí de forma tan rápida que solo pude notar los movimientos que hacían sus cabellos junto al trote; el horrible recitar de sus voces me aturdían así que solo les dije frustrada por el ruido:

-Paren, no estoy de humor, lo que buscan no lo encontraran conmigo, pero, díganme si les fue bien en sus vacaciones.

No intentaba ni quería parecer molesta, era inevitable. Carrie siempre ha sido buena animando a la gente, esta vez algo pasó con ella, tal vez las vacaciones tuvieron un severo efecto en su sistema, lo pensé luego de que me contesto:

-Si, claro, Mel se enoja, y eso crea desgracia en nuestras vidas, soy la peor…- Parecía muy sincera hasta que…- Es broma, a mí me fue muy bien, estuvo genial.- Había sido falsa alarma.

Luego todas empezaron a comentar sus experiencias, pero yo preferí escuchar que ser escuchada; me había propuesto nuevas metas. La primer hora de clase con el antiguo maestro de historia logró terminar, todo iba muy bien, excepto por la diferencia de que Él, no había llegado.

Mi mejor amigo desde el primer día de secundaria no estaba ahí junto a mí, para apoyarnos en este momento tan crítico, era necesario ver su cara llena de esperanza, felicidad; y todo eso que lo caracterizaba como la mejor persona sobre la faz de la tierra. Rodrigo era mi mejor aliado y nunca en mi vida había visto que faltará a clases, ni siquiera por estar enfermo, era algo realmente extraño; de alguna manera tenia la pequeña expectación de que llegara, tarde, pero con una buena explicación. Ese chico era una de las pocas razones que me divertían y sacaban mi lado bueno.

Terminaron dos horas más, y él no llegó; por una razón mi corazón no estaba en calma, mi respiración se alentaba cada vez más, y no entendía por qué, mi alma estaba exaltada, muy preocupada, tanto que no podía ni hablar, algo me decía que las cosas no estaban bien.

Por suerte Marisol era su vecina, no tarde en acudir a ella para saber que había pasado.

-¡Hey! Mar, ¿sabes, porqué Rodrigo no vino?- En cuanto terminé de preguntar se puso toda nerviosa,  temblorosa, me dio a entender que había algo mal, y que mis especulaciones no me mentían.

-No, la verdad no he podido enterarme de la situación.

-¿Situación? Acaso ¿le pasó algo?

Justamente cuando iba a contarme algo importante entraron al salón él Prefecto, nuestro profesor anterior, él Director y una persona a la que jamás había visto; todos tenían la expresión de asombro como si les hubieran dicho algo inesperado, sorpresivo e inesperado; eso lo deduje en base a las expresiones de mis compañeros. El Director pidió que guardáramos silencio y que le prestáramos mucha atención y prosiguió con su informe que al parecer era muy importante.

         -Se que todos son muy amigos, se que todos se conocen muy bien, y reconozco que todos son alumnos excepciónales, y perder a cualquiera de ustedes sería terrible. Lamentablemente nunca se tiene el control en nuestras manos. Como podrán notar su compañero Rodrigo no asistió a clases, y ya no lo hará.- Estaba llenando sus pulmones de aire y todos comenzaron a preguntarse que era lo que le había pasado, algunos incluso yo, pensamos que se había cambiado de escuela, de casa; ó al menos eso quería creer.