7 Tiempo
Yo estaba
sentada, él a mi costado. Acariciando mi rostro, mi cabello, mis labios. Su
mirada me maravillaba.
-Dejaría todo por ti.
-Lo sé. - Ningún signo de mentira le
di a mi voz.- Lo hiciste.
Él se acercó,
yo igual, su mano descansaba sobre mi hombro ahora. El entorno se volvió de
color azul. Y ahora era azul oscuro… negro.
Separé mi
vista de él. Giré y ahí estaba Rodrigo, Con una mirada suplicante. ‘‘no lo
elijas a él’’ me decía. Ahora yo estaba encadenada a mi asiento y ambos estaban
a mis costados.
Lagrimas en
mis ojos se veían caer.
-Yo no quiero hacerte daño. Yo no
quiero hacer esto pero… Tienes que entender que ya no puedo seguir así… Quiero
vivir.
Su mirar me dijo ‘‘si sigues a su
lado solo sufrirás’’
-Entonces eso es lo que quiero.
Y su figura se
desvaneció.
Ya no estaba a
mi lado, solo él, solo la persona que siempre debió estar. La cadena se había
roto y yo era libre. Libre para estar con él.
Pero aun no me
sentía completa… sentía una ausencia mortífera de alguien que no era digna de
ver, aún no.
Eso no fue confuso. Estos sueños eran
normales. Luego de lo de ayer, soñar con Zack y Rodrigo era lógico. Sentí culpa
por no ir al funeral.
Bajé al desayuno. Esperé un regaño.
-Creí
que tendría que ir por ti de nuevo- Dijo mi madre. - ¡Mírate nada mas! ¿No te
bañaste?
-Creo
que lo olvidé- Dije sin pensar.
-Melanie.
Por favor. Nadie lo olvida.
Mis ojos estaban cansados, mi cabello
que el día anterior estaba liso, limpio y cepillado, hoy estaba bajo el gorro
de mi sudadera gris, sin peinar, echo un manojo de cabellos desarreglados. Ojeras
ocultas bajo mis gafas de sol negras. Mi ropa limpia pero arrugada. En fin era
un desastre en comparación al día anterior. Pero yo no iba para quedar bien con
nadie así que no importaba.
-Oh,
por cierto- Dijo ella. Ya me esperaba lo que seguía.- Dos razones muy grandes
para hablar contigo. Rodrigo y el asalto de ayer.
-No
veo que hay que hablar.- Dije de nuevo sin pensar. Fernando me había delatado…
imperdonable. Quizá, pero era obvio que lo haría.
-Ten
un poco de decencia. ¡Melanie, por favor! Esto se me va de las manos. ¿Cómo se
te ocurrió largarte en lugar de asistir al funeral?
No le conteste, ni le sostuve la
mirada. Era demasiado obvio, que ella no captara, no era mi problema. Ella
debía apoyarme. Debía hacer el intento de comprender mi dolor. Algo, solo algo
de comprensión de lo que había perdido, no regaños. Si asistía a ese funeral o
no, él chico no lo iba a notar, lo importante era como le recordara.
-Bien.
Si eso quieres, ignórame, pero tu padre vendrá mañana por la noche. Entonces si
hablaremos.- Repuso, intentando aparentar que tenía el control.
-¿Vas
a esperar dos días para eso?-Dije mofándome. Me miró con tanto enojo, que se le
escurría por los oídos- ¿Qué? Por mi está bien.
Le sonreí y le di marcha a mi partida.
Caminé esperando ver a alguien pero no, solo
llegue hasta el Instituto. Entré al aula con las gafas puestas y Mar junto a
Jackie se acercaron ágilmente.
-Dicen
que el profesor de Matemáticas enfermó, no vendrá por dos semanas.- Dijo Jackie
entusiasmada. Llevaba una cinta verde en la cabeza, le hacia juego a los ojos
de Marisol, que son color miel...
-No
fuiste- Dijo Mar, demostrando una curiosa decepción en su linda y acaramelada
mirada.
-¿Y?-
Dije divertidamente, con una canción en mis oídos proveniente de mis
auriculares.
-Bien.
Fue tu decisión, como quieras.-Ella conocía ese lado de mi. Pocas cosas me
interesaban de verdad. Si algo me desagradaba simplemente lo dejaba y
continuaba con lo que seguía.
El gorro de mi suéter ocultaba la
pequeña herida, pasé mi mano por ella y la dejé ahí. Jackie esperaba cualquier
señal de respuesta, me sentí mal por ella.
-¿Un
funeral divertido?-Dije, dirigiendo mi pregunta a Jackie, que se puso feliz de poder
seguir hablando.
-No
juegues, sabes que no lo son. Por cierto Carrie no asistió… otra vez ¿A ella
que le pasa? No viene y cuando lo hace está como si nunca hubiera faltado.-
Dijo ella.
Era molesto pero real. Carrie me había
ganado en ‘‘¿Quién lleva mas inasistencias en el ciclo escolar?’’ Un concurso al que yo no quería participar
pero era inevitable, en cambio ella había adoptado el hábito de no asistir sin
razón aparente. Igual que Dan.
Le preguntara cuantas veces me incitara,
ella nunca respondería, tenía sus cosas, sus propios asuntos por resolver. Y evidentemente yo los míos.
El almuerzo en la cafetería, fue como
en los viejos tiempos, en secundaria. Todos sentados en una mesa, riendo,
bromeando de cosas sin importancia. En la mesa rectangular: Ethan, yo, Mar,
Jackie, Brad, enfrente John y Jen abrazados, Samuel, Kim y Connor.
Faltaban Carrie y Rodrigo pero con
tantos ahí no se notaba pero se sentía.
-¿Cómo
van los chicos y tú en las carreras Sam?- Cuestionó Ethan muy animado.
-Todo
bien, bueno ya sabes, los mantengo en forma.-Respondió.
-Porque
el que se queden dormidos durante los discursos que les das es muy saludable
¿No Sam?- Se burló John. Era la especialidad que John tenía, era divertido la
mayor parte del tiempo.
-¡Claro!
Te crees muy gracioso ¿No?- Le dijo Sam indignado. En realidad Sam no debía
abrir la boca frente al club de atletismo, era pésimo alentando al equipo.
Todos mis amigos eran buenos en algo,
o pertenecían a algo importante.
Desde el baile hasta el fútbol
americano. Yo en nada.
Todos me pedían ayuda seguido; para
tantas cosas que en varias ocasiones terminé bailando y pateando un balón en
eventos especiales.
Durante unas vacaciones. Todos los
chicos menos Sam y Rodrigo intentaron formar una banda de rock, fue un completo
desastre. John destruyó la batería del hermano de Ethan, la batería de Josh
explotó en manos de… John otra vez, y la que él se compró terminó en cenizas
luego de que el fuego la consumió. Ese verano el tuvo que trabajar mucho para
pagar las tres baterías que asesinó.
Para lo único que John era bueno en el
momento era para ser el mejor novio que Jen pudiese tener. Eran una hermosa
pareja… Jen con sus ojos azul claro y cabello castaño claro, él con ojos azul
muy oscuro y cabello rubio.
-¡Chicos,
saben lo que se viene! ¡No hay clases pronto y una fiesta se aproxima!- Dijo
Ethan rompiendo las charlas que cada quien sostenía. Él era como el líder del
grupo, el mayor, el que nos dirigía, y hacía que tomáramos las decisiones
correctas. Gran amigo.
-¿De
que hablas? ¿No que nada de fiestas?- Le cuestioné, con mis gafas puestas, pero
sabía que mi mirada alarmada las atravesaba. Mi herida podía serle visible, no
me importó, a pesar de saber que él preguntaría, y eso no me iba a gustar.
-¡Brad,
no nos falles esta vez!- Dijo Ethan ignorándome. Eso me enfureció. Él siempre
me prestaba atención, a veces en exceso ¡¿Por qué rayos me ignoraba?! ¿Qué no
era él el que decía tonterías de mi? ¿Él que decía que yo era el amor de su
vida y que yo era su novia? El bromeaba
sobre eso a diario, sobre todo en los almuerzos. Entonces ¿Por qué
ignorarme?
-¡Ethan!-
Le grité indignada. Sus ojos marrones se posaron sobre los míos, solo por un
momento fugaz y volvió a dirigirse a Brad. Golpeé la mesa y me puse de pie.
No noté hasta después que todos se
habían callado. Y me miraban alejarme. Elegí otra mesa para estar sin tomar
nada, solo quedarme ahí y escuchar música.
Hasta ese momento recordé a mi
salvador de la noche anterior. No le había visto en clase, o fue que no
recordaba que existía, el punto fue que estaba ahí. En la pared, recargado, en
brazos cruzados. Lo miré, y volví a lo mío. Llevé mis rodillas a la altura de
mi pecho, para poder apoyarme en ellas, aun siendo la cafetería no me importó.
Ese idiota, que seguro ni él mismo sabía
que miraba. Él extraño que el día anterior dijo que mi hermano llamó y él le
contestó con un mensaje. No había recordado eso hasta ese momento y me di
cuenta de que no traía el móvil conmigo para verificarlo.
8 Reproches
-¿Cómo
se te ocurrió semejante tontería?- Dijo Mar alarmada, ya se parecía a mi madre.
Claro cuando mi madre recordaba que tenía dos hijas, no solo a la exitosa de
Nueva York.
-¿Cuál
de todas?- Dije despreocupada, había interrumpido mis pensamientos, algo
grosero para mi.
-Fuiste
a la ciudad ¡Ayer! En lugar de ir al funeral, imaginé que fue por que te
sentías mal, no por que fuiste a conseguir novio- Su voz estaba el triple de
alterada.
-Que
tonterías dices, fui por un disco, el cual no pude comprar, pero- Tomé una papita
de la charola de Mar, muy deliciosa, mas por que aun tenía hambre- ¡No pensaba
ir de cualquier forma!- Mi voz sonaba mas molesta de lo que creí, y eso me
gustó.
-No
le dijiste a nadie en donde estabas, eso es de idiotas Melanie, Ethan te llamó,
¡Incluso Brad te llamó! ¡Todos estaban muy preocupados! Y yo creía que estabas
en casa.
-¿Y?-
Sabía que eso le encendería la mirada, sus ojos pasarían de enmielados a rojos
en unos segundos.
-¡Eres
imposible! Alguien sale, le avisa al resto. Al menos, al menos ¡A su madre!
-No,
si le decía a alguien, me habrían prohibido salir o peor, me habrían
acompañado, y no quería eso.
-Eso
es ridículo.
-Quería
estar sola.
-¡Y
te asaltaron!
-No…
No me ocurrió nada ¿si? Estoy bien.
-Si
no te pasó nada ¿Por qué el suéter, las gafas y el rasguño en tu rostro?
-Decoración- Dije en tono burlón, pero no le causó gracia,
esto era la parte mala de tener amigos demasiado preocupados por la seguridad.
Los más preocupados eran los hombres por nosotras, Ethan lo era en exceso
conmigo.
Pensé vagamente en lo curioso que
puede ser mi hermano cuando se trata de molestarme. ¿A cuantas personas les había
contado o Zack había sido el soplón?
-¿De
verdad estás bien?
-Eso
creo, raspones, moretones, dolor físico en exceso. ¡Oh vamos! Define Estar
bien. - Le dije de forma divertida. Todo lo que mencioné era verdad, pero a
pesar de ello sentía que estaba bien. Así que en nada de lo que dije había
mentido.- Dejemos este regaño para… nunca ¿si? Estoy preparándome... Mi padre
vendrá a la ciudad por esa razón.
-Ag.
Está bien.- Se quejó.
Ahora yo sabía la causa de que Ethan
no me hablara. Siempre respondía a mis dudas, pero como ahora estaba enojado
por no haberle dicho que salí, pensaba no dirigirme la palabra. Y me reía para
mis adentros al preguntarme ¿Cuánto va a durar?
Me pasé las clases siguientes
jugueteando con mi lápiz, analizando tonterías, como que mis compañeros de
clase eran distintos del resto. Que mis amigos (los chicos) eran extrañamente
apuestos… todos. Y aun así ninguno me atrajo de manera ajena a la amistad.
La salida avisaba que mi castigo
estaba cerca.
Antes, a la salida, Carrie, Ethan,
Mar, Rodrigo y yo nos reuníamos para partir juntos a nuestras casas a pie. Yo
supuestamente vivo cerca a la casa de Ethan (supuestamente, puesto que nunca eh
ido). Carrie luego del condescendiente accidente con un tipo extraño, se iba a
casa en el auto de su madre con su hermano al volante. Hoy era distinto. Ethan
estaba molesto y no sabía si me acompañaría o no.
Si.
Brad antes no estaba tan unido a
nuestro grupo de amistad, últimamente era distinto. Estaba con nosotros.
Marisol estaba algo alarmada por que
sin Rodrigo iría a casa sola.
En el camino Zack apareció. Se limitó
a una sonrisa.
En medio de la caminata sin charla, me
detuve. Mis pies se quedaron inmóviles, como el día anterior. Giré mi mirada en
dirección a los árboles. En el sendero había partes que parecían pertenecer a
un bosque. Pero el bosque más cercano estaba del lado contrario en el que
caminábamos. Los pinos me advertían. La terrible mirada que se escondía entre
ellos.
Todos advirtieron mi ausencia allá
adelante. Y se detuvieron. Volvieron a mí, y se quedaron estupefactos. No se
movieron mas, revisaban los alrededores esperando algo.
-¿Qué
pasa? -Me dijo Ethan, alertando lo que se venía. Olvidando su enojo.
-Algo…-
Respondí confusa de si lo que sentí fue real o parte de mi imaginación.- Algo…
Mi estomago se contrajo en un asqueroso
nudo de dolor. Que me hizo agacharme, sujetar mi abdomen con fuerza como si la
acción tuviera efecto asertivo contra las palpitaciones de malestar.
-Solo
dilo, con calma.-Me pidió Ethan de nuevo, rodeándome con su brazo, y como algo
fugaz deseé que él que me rodeara fuese Zack y no él, y me reproché por ello.
-Algo…
ahí-Apunté a los árboles- Nos observaba, eso, bueno eso sentí. Fue como la
sensación que tuve ayer antes del… asalto- Con eso último miré fijamente a Zack
que se mantenía hasta atrás del grupo.
-¡Zack!-
Gritó Ethan que lo miró fijamente también. Ambos intercambiaron palabras mudas, luego se dirigieron a Brad,
Zack salió disparado en dirección a la que yo había señalado. John llegó
corriendo en el momento en el que Zack desaparecía.
El dolor no se detuvo pero disminuyo
considerablemente.
-¿Lo
sintieron? - Le dijo John a los chicos. Los tres entraron en la cuenta de que
nostras seguíamos ahí y no teníamos idea de lo que ellos hablaban.- Perdonen,
fui a dejar a Jen a su casa, no creí que me tomara mucho tiempo.
Justo a tiempo para que alguien
creyera eso.
-No
te preocupes.- Mar sonó aliviada aunque lo quisiera evitar.
Con John ahí, significaba que tendría
a alguien que le acompañara.
Ethan dio la orden de continuar, Zack
ya no nos siguió. Llegamos al punto en donde nos separábamos. Y como lo esperé
Ethan no me dejó sola. Yo me seguía quejando del dolor, pero intenté no
demostrarlo, de lo contrario seguro él se abría preocupado de nuevo.
-¿Por
qué lo hiciste?- Dijo al fin, ya se había tardado en empezar.
-No
me hagas esto, ya tuve suficiente con Marisol. Ya sé. Zack te lo dijo ¿no?
-No
respondiste a mi pregunta.
-No
es mi obligación. Entonces, si te lo dijo ¿verdad?- Me puse tensa, y en todos
los aspectos lo demostré. El se comportaba como un niño caprichoso.
-¡Vasta
Melanie! ¡No estás siendo nada justa!-Me asustó un poco, él realmente estaba
enojado, pero enojado de verdad conmigo.- Siempre hablamos de esto ¿no? Si a
alguno de nosotros se le antojaba salir le avisamos a una persona, no importa
que no me lo dijeras a mí, pero a alguien.
-Fueron
al funeral. Yo no quiero que se preocupen por mí. No me incluyas en tus viernes
por la noche solo por que temes lo que me pase. ¡Nadie pude ser tan sobre
protector con sus amigas, a menos que ‘‘él’’ no sea normal y algo extraño este
pasando! ¡Ethan por Dios! No soy una idiota. O es por que esa amiga te interesa
o es por que tú también estuviste en la tienda de discos.
Yo acababa de sacar esa conclusión
pero era lógico, el chico que había gritado ‘‘vasta’’ y que me conocía había
sido él, apenas me estaba dando cuenta de ello. Me sorprendí por lo rápido que
pude sacar esa conclusión. Termine frotando mi cabeza, como si de esa forma
sacara más consumaciones.
-¿De
que hablas?- Dijo tratando de ocultar su apenada postura.
-¡Vamos!
Ya no finjas, no te pido que me expliques lo que eran esas personas ni que me
digas en que estas metido o que sientes… Solo…
Lo estaba consiguiendo, sus facciones
se volvieron en un rostro apenado.
-Déjalo
ya… solo no te metas en problemas.
Sin darme cuenta ya habíamos llegado a
la entrada de mi casa.
-La fiesta
será en casa de Jordan; el jueves.
Este tipo era tonto o se hacia el
tonto. Yo no confiaba en Jordan y los jueves eran mis días prohibidos.
-Todos
estaremos allá, si no vas estarás desprotegida.
-Haber…
¿y tú crees que eso me importa? El que quieran hacer una fiesta no es mi problema.
Déjame en paz. Con esto lo único que consigues es perder mi respeto, sabes que
yo te estimo, pero…
-Te
va a importar… que me dices ¿Qué dejarás mi amistad solo por esto?
-¿Qué me dices tú? ¿Piensas perder mi
amistad tan solo por no decirme la verdad? ¿Por ser tan… así?
Me dispuse a entrar a mi casa, pero me
detuvo poniéndose frente a mí.
-Hey, quiero evitar que pase otra vez, debes ir con
nosotros.- Su voz pudo haber sonado triste o algo, pero estaba tensa y rasposa.
-¡Deja
de fastidiarme, déjame de una maldita vez!
Pude doblegarme, pudo calmarse.
Pudimos hablar con calma y arreglar esto como antes habíamos hecho, pero
ninguno cedió.
Ya estaba abriendo la puerta y escuche
casi al compás del viento un pequeño susurro:
-Perdóname…
Gire la cabeza. Ethan ya no estaba.
Me molestó eso. Me molesté de verdad
por todo, el que él se marchara sin más, el que yo me diera la vuelta sin
terminar las cosas, todo eso provocaba que me doliera el estómago. Y no por
estar enferma.
Adentro; mamá en la cocina, de hecho
este lugar era el más concurrido de la casa.
Entré en la cocina, ella no cocinaba
solo revisaba lo que hacía falta.
-Hey,
hola Mel, ¿te fue bien?- Era su saludo, pero ni siquiera me miraba al hacerlo,
estaba demasiado perdida buscando cosas que ni ella sabía.
-¿Cenaremos
algo decente hoy? –Pregunté yo. No contesté a su pregunta, pero ella no lo
notó. En los últimos meses la cena era simple: Lo que encuentres en la alacena
posiblemente es comestible y eres digno de probarlo y comerlo. Mamá no estaba
para la cena, ya estaba dormida o había salido para cenar en casa de alguna
amiga. Fácilmente Fer y yo podíamos pasar la noche fuera de casa y ella no se
daría cuenta, bueno al día siguiente él o yo delataríamos al otro, así que, esa
podía ser la razón de que siempre nos quedáramos en casa. Todas las noches.
-¿Crees
poder hacer algo decente?
-No.
-Lo
siento por tu estómago entonces. Caroline me ah invitado a una cena del club.
Mañana cenaremos como familia.
-Y
si mi padre no viniera… tampoco cenarías aquí ¿no?
-Así
son las cosas aquí. Si quieres pertenecer a algo se tienen que sacrificar
cosas.
-Eso…
Ash. Es imposible hablarte.
-¿Y
crees que es fácil hablar contigo? No. No lo es.- Ella ya estaba por irse
caminó hasta el pasillo que daba a la salida y gritó:- Y no creas que se me
olvida tu salida de anoche, mañana hablaremos…- El toque de sus tacones al
suelo era molesto, tanto o mas que el ruido que mi hermano estaba haciendo. Y
ella ni se inmutó, simplemente me dejó en la cocina. Sola.
***
No comí nada esa noche. En toda la
tarde y hasta que la oscuridad cubrió mi ventana, no hice mas que ver a través
de ella y leer un buen libro. Nada especial, no me lamentaba por la falta de
atención por parte de mis padres, o por mi hermano,- que estaba a pasos de mí,
en su habitación- o por Ethan, ni siquiera Rodrigo, no sentí la necesidad de
ahogarme en depresión ni nada parecido. Sabía que debía prepararme para lo que
se viniera en mi vida. No tenía tiempo para lamentos, si no, para disfrutar de
mi propia compañía.
No soñé nada anormal; solo la cara de
Deborah burlándose de mí y diciéndome que le robé lo que por derecho le
pertenecía: Zack. Oh, también con dos conejos que eran perseguidos por un
temerario y enorme lobo hambriento. ¿Uno de los conejos era yo?
Por la mañana, ni siquiera mamá se
levantó, yo solo tomé una manzana y la comí, pensé en comer lo que había en la
cafetería, poco digerible pero mejor a comida caducada.
Al llegar al Instituto me senté y posé
mi cara sobre mis brazos recargados en la mesa. La música de mi Ipod se filtraba
hasta mi cerebro, ahí sentí que la falta de cariño y motivación si me harían
llorar.
Sentí el suave contacto de alguien
sobre mi espalda, un muy suave frote contra mí. Elevé mi cabeza, Mar estaba
ahí.
-No
puedo decir que ayer te ayas perdido de algo… no fue gran cosa. ¿Cómo estás?
¿Fue dura la pelea?
Por un pequeño instante lo había
olvidado, y ella me lo había recordado… me recordó lo miserable que yo era, y
lo poco sensible, aun que yo no había sido la persona que apenas unas horas
atrás se había comportado como un idiota.
-Hablar
del tema, bueno… no es complicado, pero si poco agradable. Luego ¿si?
-Está
bien. Creo entender.
Mis ojos ya estaban algo hinchados. La
cara de Deborah frente a ellos tenía serios efectos.
-¡Fiesta!
La hora está mas cerca. Todas vamos ¿verdad?- Jackie se había unido. Hoy con su
cabello suelto bajo una cinta color azul, perfecta combinación con su mirada.
-No
puedo pensar en faltar a eso, Mel tenemos que ir.
-Mar,
yo no me eh sentido bien. Y seré castigada.
-¿Por?
- La cara de Marisol me decía que eso no iba al caso.
-Por
mi salida, hoy viene mi padre y pues… terminaré castigada. ‘‘No hay fiestas
para Melanie en… el resto de su vida’’
-No
digas eso. ¿Por haber sido asaltada te van a castigar? - Yo no tenía ni idea de
cuantos sabían lo que me había pasado. Pero Jackie también estaba enterada.
-Si,
y eso es lógico sabiendo que mi familia es de esos pocos razonables.
-Eso
es ridículo Mel. - Mar de verdad no me creía ni un poco.
-¡Tienes
que ir! ¡¿Te perderás que posiblemente bese a Zack?! Sé que será tu novio, pero
es que esos labios piden ser besados por mí.
Solo pensé: ¡Gran confesión Jackie,
sin duda las ganas de ir me aumentan!
Al final: Marisol, Jackie, Brad, John,
Jen e incluso Kim, se unieron en un debate: Todos contra mi, respecto a que, yo
debía ir a dicha fiesta. Pero no me ganaron.
Me ha gustado mucho. Aunque los cambios de humor de la protagonista me desconciertan un poco. Bueno tengo muchas ganas de ver que pasa en esa fiesta, Mel tiene que ir, presiento que la cosa se va a poner interesante...jeje.
ResponderEliminar¡Sigue así!Besitos desde España :)
By Myra
¡Ah! Una cosa, Saya, que no he terminado de coger. Tal vez te suene extraño pero , ¿que significan las palabras "papitas" y "charola"?. Por el contexto imagino que "papitas" será algún tipo de comida y la otra algún recipiente. Bueno si he metido la pata lo siento pero es que usas algunas expresiones que aquí están es deshuso o directamente no sé conocen. Bueno gracias :)
EliminarBy Myra
pues mira las ''papitas fritas son las papas a la francesa, no sé de que otra forma llamarles, quizá las conozcas como patatas
EliminarY la charola pues, me refiero a las bandejas, cuando estas en esas cafeterías donde vas poniendo tus alimentos en ellas. Espero darme a entender y gracias por leer!
Sí, ya lo entiendo gracias. jaja Es que aunque prácticamente nuestra lengua es la misma hay palabras o expresiones que yo utilizo y tu no conoces y viceversa. Como la otra vez que Triss comentó y utilizó la palabra erratas. Aunque también es verdad que la gente aquí tampoco utiliza mucho esa palabra.
EliminarBueno muchas gracias de nuevo :)
By Myra
Así es Myra, existen muchísimas palabras que desconocemos solo por el lugar aunque sea la misma lengua, espero que no se les complique mucho entenderlo, y si hay algo que no comprendas pregúntamelo
EliminarEsta muy bien, aunque hay algunas partes en las que me pierdo, por ejemplo con la de Ethan, no se. Eso es lo único así, lo demás está genial.
ResponderEliminarBy Triss