Pliegos Entintados

jueves, 14 de junio de 2012

Gusto por Sufrir 11vo Capitulo

Hi!! Capi 11


11 Rompiendo lazos


         -¡Chicos!- Gritó Ethan atrayendo la atención de todos.
Nos acercamos a él. De pronto un fuerte dolor me persiguió en el abdomen y la cabeza. Era distinto a lo que sentía por estar enferma, pero no me dejó, era demasiado persistente; constante hasta cansarme, era muy malo que me sucediera en ese momento, sin un doctor o medicamentos cerca.
         -Nos iremos al lago, no esta lejos, así que suban al auto y nos vamos.- Ethan lucía demasiado entusiasmado. Brad subió en el asiento del copiloto. Sam en el volante.
En un pésimo momento se le ocurrió a mi cerebro recordarme un sueño más.
         -¿Qué les pasa?- Pero él no me respondió.- ¡¿Qué demonios les está pasando?!
            -Están saliendo de su piel.- Me dijo una voz familiar. Connor, mi hermano, no podía distinguir.- Así es esto. Te transformas, y parece que mueres pero no.
            -¡Ayúdenlos!- Imploré, a él, al dueño de la voz, a alguien que en ese momento no estuviese persiguiéndome.
            -Nadie puede ayudarnos. Nadie quiere ayudarnos. Somos la escoria del universo. Atados al satanismo- Dijo la pelirroja.
            -¡No es verdad!- Él le gritó.- Solo somos diferentes. No nos comprenden por ser distintos a ellos. No somos más que una raza distinta.
(Ahora sabía que el chico tenía por nombre: Zack)
Mis ojos bañados en lágrimas, al ver el sufrimiento que aquellos cambiantes tenían. Todos se transformaban. Todos rasgaban su piel humana para dejar a su bestia interna salir. Pero él no. Él no cambió, él no era distinto del resto, pero, era imposible su metamorfosis.
Mi dolor era mas intenso, me abrasé intentando disminuir el impacto; obviamente no funcionó. De pronto Ethan estaba cerca de mí y aproveché.
         -Oye, no me…- Y me congelé. Miré mas allá del hombro de Ethan, miré mas allá de los pinos cercanos, en la lejanía sentí, la misma sensación de la última vez.  La misma crueldad nos observaba con fiereza.- Ahí está.-Dije temblorosa. Aun sujetándome a mi misma.
         -¿Qué pasa?- Dijo Ethan extrañado.
         -Es… lo mismo de la última vez. Ahí- Apunté hasta la masa de árboles que se veían en la lejanía, asechándonos.
Varios chicos no habían abordado aun la camioneta. Giré la cabeza para con ellos, y luego miré a Ethan, que pasó su vista hasta encontrarse con la de Zack, ellos volvieron a intercambiar palabras mudas, y supe que eso significaba un peligro para el chico que se acercara a la fuente de mi sensación.
         -Tranquila- Dijo Ethan acercándose a Zack, dejándome a mí atrás. Brad bajó del auto tan rápido, que, casi en sintonía con mi parpadeo ya estaba prácticamente al lado de Zack. Y apresuraron su paso. Emprendieron lo que sería una caminata mortífera hacia lo desconocido y temible.
No podía dejar que se expusieran a eso que parecía peligroso. Corrí hasta encontrarme con la cara de Zack, lo tomé por los brazos hasta lograr que frenara.
         -Espera- Mí voz sonaba tan solo una fracción de lo asustada que me sentía- ¿Por qué siempre te vas cuando les digo esto?
         -Por que al parecer siempre aciertas- Dijo pintando una sonrisa en su rostro, que me hizo preocuparme más.- Nos veremos después.- Y sin dejarme decirle algo mas se fue, corrió tan rápido que me iba a ser imposible alcanzarle, Brad le siguió el paso.
Noté que ambos mencionamos ‘siempre’ aunque solo fueron dos veces. Y le sonreí a la soledad que yacía frente a mí, me llenó de una impaciencia que no podía parar.
Regresé al punto en el que estaba anteriormente. Ethan me esperaba, reprochando. Y de nuevo me encendí en enojo. ¿Cómo se atrevía a mandar a Zack… y a Brad a quien sabe donde? Ellos dos solos. Era injusto.
         -Vamos sube.-Dijo Ethan. Él y Connor eran los únicos que faltaban por subirse al auto.
         -¿No piensas esperarlos? - Dije en un tono peculiarmente de reproche.
         -Ya nos alcanzarán.
         -Yo no voy.
         -No empieces de nuevo Melanie, súbete ya.
         -¡No! No me estoy sintiendo bien. Quiero irme a casa. - En parte no mentía, el dolor era intenso, mi cabeza ardía, creo que esa era la mayor razón por la que yo siempre estaba de mal humor, el dolor que nadie comprendía eran el causante, o esa era una buena explicación. Y mentí, por la parte de mí que quería irse hasta que Zack volviera.
         -¡Súbete ahora! - Y él también entró en cólera. Era fastidioso verle así, estábamos en una competencia inconsciente por ver quien se enojaba más.
         -¿Qué no escuchas? Te estoy diciendo que me siento mal. No puedes retenerme aquí solo por que quieres. - Mi tono era demasiado alto.
         -¡No me importa!- Me superó, la furia que emanaba era aterradora, pero no se lo iba a demostrar.- Ese no es mi problema. Todos estamos aquí, así que tú también.
         -¡Eres un idiota! Creí que me entendías.
         -No, y no me interesa entenderte.
         -Quieres protegerme pero no te importa lo que sienta. Irónico.
         -¡Solo sube al auto!
         -Y me ignoras.
A este punto, todos miraban a través de los vidrios polarizados, atentamente a la discusión sin fin que entablamos él y yo. ¿Qué era lo que realmente le molestaba de mí? ¿Y por qué no simplemente me dejaba ir?
Y a pesar de que todos nos escuchaban a él no le importó subir su tono de voz, casi al máximo de su capacidad. A pesar de que estaba furioso conmigo nunca me faltó al respeto como yo lo hice. Me sorprendió, y sentí que yo era la peor.
         -Bien- Se acercó mucho a mí- Ahora di lo que quieras, te escucho.
         -Me-voy-a- casa - Dije lentamente, pretendiendo que de esa manera comprendiera.
         -Te irás cuando todos lo hayamos hecho.
         -¿No me escuchas con claridad? Dije que me voy, no espero que me sigan o al revés, solo me iré te guste o no.
         -Parece que tú tampoco pones atención. Yo no te lo pregunté.
         -Intentas ponerte de líder, intentas ser lo que no eres, y mira… no estas consiguiendo nada. Pierdes lo poco que tenías conmigo…
         -Oh… ¿acaso había conseguido algo?- Y noté que todo lo que Mar y John dijeron era cierto, el me quería, pensó que yo le correspondería en algún momento pero no. Me dio pena por él.
         -No, y al parecer jamás lo conseguirás.
         -No me importa. ¡Sube ya!
         -No puedes obligarme.
         -¿A no?
Me tomó del antebrazo con tanta fuerza, que de un poco más fuerte pudo haberme roto el brazo. Me conducía hacía el automóvil.
         -¡Suéltame! ¡Me estás lastimando!
         -Ni modo.
Me escapé ya cuando literalmente estaba a un costado de la puerta abierta. No me sorprendió ver que las pocas personas que estaban adentro del restaurante nos miraran por los vitrales. Incluso el personal del establecimiento nos miraba.
         -Eres imposible- Le dije erguida frente a él, sin pizca de mentira en mi rostro. Mis mejillas ruborizadas del coraje y mi pequeña cicatriz ardían por la misma intensidad. Él la miró y luego mis ojos, el color de los suyos estaba apagado de felicidad y encendido en fuego de amargura repentina.
         -No más que tú.
         -¡Te odio! Nunca creí que llegaría a esto, pero de verdad ¡Te odio!
En forma instantánea su mirada se apagó en un mar de duda y tristeza, eso jamás lo esperó escuchar, era evidente. Algo en su interior se había roto.
Subía al asiento de hasta atrás, tan rápido como pude.
Yo tampoco creí llegar a tanto. Pero logré atravesar más allá de la línea permitida, y esto no lo podría remediar, él no me perdonaría. Y por vergüenza, yo no se lo pediría.

Y arrancó, hasta llegar al lago. Largo trayecto para llegar hasta ahí, supuse que para volver nos tomaría una gran lapso e incluso podría llegarnos la noche. Y mi padre estaría en casa preguntándose por mí, y mi castigo sería mayor. Y en mi cabeza Ethan sería el culpable.
Nadie dijo nada, fingieron que no peleamos él y yo. Bajamos del auto y las chicas discutían por decidir cual deporte elegirían para jugar. Ganador: Voleibol.
Me aparté. Subí una pendiente muy pequeña, y me senté en la raíz de un tronco que sobresalía de la tierra.
En ese momento recordé que Zack mencionó un mensaje enviado a mi hermano. Miré la pantalla de mi teléfono. No había rastros de tal mensaje, pensé en que tal vez borró el mensaje en cuanto lo envió pero no tenía sentido. Tal vez irrumpió en mi casa a media noche, cuando dormí, y borro el mensaje, olvidó dejarlo en un lugar en donde me fuese fácil encontrarlo y por eso no lo pude llevar al Instituto el día anterior. Sonó lógico en cuanto lo pensé, pero no.
No despegué mi vista de la pantalla, preguntándome demasiado sobre lo que pasó ese día.
         -¿Todo bien? - Brinqué de la impresión al ver a Zack sentándose frente a mí. Pero no pensaba decirle que me había asustado.
         -No del todo, supongo que ya te dijeron.
         -¿De tu pelea con Ethan? Si lo oí por allí. Pero por lo que dijimos antes es obvio que se moleste. Tu tranquila, piensa que es una onda en contra mía, y el la cobra con todos.
         -Podría creerlo, pero en realidad la cobra solo conmigo.
         -Bueno, te dije que lo pensaras, no que es así.
Sonreí a eso, su intento fue agradable. O tal vez el decía una parte de verdad, había un problema fuerte entre ellos dos.
         -¿Les fue bien en su búsqueda?
         -¿Qué búsqueda?
Arqueé una ceja, eso era lo más obvio del mundo, todos notamos su partida y ahora intentaba ocultarla.
         -Oh, hablas de eso. Si todo bien, por un rato.
         -Imagino que tú, y todos los chicos andan en algo, muy extraño.
         -No es cierto-Dijo divertido- También hay mujeres.
         -Oh, disculpa el error mío.
         -Te disculpo con gusto.
Nos dirigimos sonrisas, reí al ver lo renuente que iba a ser siempre respecto a ese tema.
         -Es cierto ¿Por qué estás aquí? Deberías estar disfrutando de un juego, no sé, podrías jugar voleibol, o lo que sea que están jugando los hombres.
Sonrió abiertamente.
-Podría, pero estás aquí, lejos de todos y ya sabes, que ninguna mujer puede, y menos en medio de un bosque, eso es peligroso.
         -Si, eso dicen, ¿te obligaron a venir aquí, a cuidarme?
         -Podría ser una obligación, si no quisiera estar contigo.
Y pude sentir, como se me acalambraba el estómago y mis mejillas se ponían calientes. El color rojo en ellas era notorio.
Charlamos de gustos en la música. Supe de su amor por la música clásica, no me extrañó, y él supo de mi peculiar gusto por el rock. Y que fue la razón por la que yo iba en camino a la tienda de discos ese día.
         -Sabes… algo que me pondría muy feliz, sería que tú hablaras con sinceridad. De quienes eran esas personas, y de quienes son ustedes en realidad.
Sonreímos al mismo tiempo pero por diferentes razones.
         -A mi también me haría muy feliz que lo supieras.
         -Oh, mira, estamos de acuerdo en lo mismo, entonces hazlo, cuéntame.
         -Perdona Mel, de verdad me gustaría, pero no puedo.
         -Y si… te cuento algo realmente importante de mí ¿lo harías?
         -Eso depende de la inmensidad de la confesión.
         -La razón por la que digo que ya te conozco.
Sus ojos se abrieron de par en par, al darse cuenta de que yo podría confesarle eso.
         -Tal vez… tal vez luego. - Sonrió. Y nos pusimos de pie. Llegamos hasta donde habían dejado la camioneta aparcada. Nos reíamos y platicábamos mientras nos acercábamos más.
Las cuatro chicas seguían en un partido dos contra dos en voleibol. Mar y Jackie me vieron a lo lejos.
         -Te estábamos buscando.- dijo Jackie.
         -Uf. Se notó. Se ven exhaustas de tanto buscar.
         -Bueno, nos dijeron que estabas con Zack, por eso preferimos dejarte.- Dijo Mar.
         -Como sea. Ya estás aquí. Hay que jugar- Mencionó Jackie
         -Eso es injusto, están en un dos contra dos, así están bien. Yo las miraré.
Pero no me lo permitieron, Jen salió del juego, fue con  John hasta llegar al auto y quien sabe lo que hicieron ahí.
Jugamos alrededor de una hora, quizá más. Olvidé todo, solo me importó el ahí y ahora. Me permití disfrutar de la compañía de mis amigas.
Los chicos, todos sin excepción (claro John ya no jugaba, pero estaba cerca), cambiaban de juego muy seguido, cuando miraba en su dirección estaban en un partido de soccer, cuando miraba de nuevo era un partido de básquetbol. Para ellos era imposible aburrirse.
Nosotras estábamos más cerca del lago. En medio de un juego, comenzamos a hablar, todas intentando convencerme de que Zack era un gran partido.
De pronto un aire frío nos azotó, era extraño, solo nos llegaba a nosotras, los pinos de nuestro alrededor no se inmutaron, ni la mas lánguida hoja se movió por ese viento.

By: Yocelyn Lpz
Saya Chan* 

4 comentarios:

  1. Uff... Pero Ethan de ke va? No entiendo x ke se comporta asi? X k no kieren los chicos ke Mel s entere d lo ke pasa? X ke hay tanto secretismo? Y las chicas, tmbien stan metidas n ese asunto? Y Zack kien es en realidad?...
    Buf!! ¡Cuantas dudas tengo! Tiens ke colgar + capis... Y rápido.
    By Triss.

    PD: Está genial.

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    1. valla Triss creía que te había perdido!! XD
      Muchas gracias por leer!
      Ya pronto que subo mas n.ñ

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  2. OOOOOHH¡¡¡ Sólo puedo decir algo: ME ENCANTA, ME ENCANTA, ME ENCANTA¡¡¡
    Está muy interesante, hay tantas dudas por resolver...tanto misterio, secretismo y los cambios de humor de algunos personajes son tan desconcertantes.
    Me encanta ♥
    Y Zack¿? Quién es y qué quiere¿? Porque aparece de repente¿?
    Hmmmmm...Da mucho que pensar...
    Me ha parecido genial tu forma de acabar el capítulo. Es el que más me ha gustado de los que llevas y ese final, espléndido.
    Bueno se está poniendo cada vez más interesante, más tenso el ambiente...
    Cuelga tan rápido como puedas los siguientes capítulos porque me muero de impaciencia.
    PD: siento mucho no haber podido leerlo antes pero el otro día sólo tuve tiempo para mirar tus reseñas. En fin, nos leemos ; )
    By Myra

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    1. Me da mucho gusto que te halla gustado!!!!
      Espero y puedas seguirme mas adelante también!
      Me da gusto que te gustara mas!
      Me subo mas pronto
      Besos!!
      XD(ya irás respondiondo a las dudas jaja, bueno espero que si)

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