9 Riña y
ataque
No cambio el ambiente de hoy al de
ayer, tonterías se dijeron en la mesa en nuestro receso. Lo que no era igual:
Ethan no se sentó a mi lado o yo no me senté al suyo. Samuel no comió con
nosotros, se sentó en otra mesa intentando ligar a un par de chicas de
semestres superiores.
Jen estaba entrenando. Carrie faltó
otra vez. Y Zack estaba en nuestra mesa. Esa fue la parte más extraña y genial.
La verdad es que no podía ocultarme ni a mi misma el gusto que me daba, que él
estuviese sentado ahí con nosotros. Era magnifico.
El chico era fresco, divertido.
Paseaba su mirada para con todos menos conmigo, pareciese que no quería
mirarme, o Ethan lo presionaba para que no lo hiciera. Esos dos, me creían muy
tonta para no notarlo: Su fiera pelea mental, esas miradas voraces que ambos se
lanzaban eran tan profundas, que si bien no llevaban odio pero si una furia por
dominar al otro. Y yo aun no sabía lo que eran.
El tiempo se acabó tan pronto.
Ethan estaba cerca, y tenía la vaga
esperanza de que él fuese sincero de una buena vez. De que ya no me mintiera,
que fuera él y sólo él, y su parte verdadera saliera. Que su cara falsa se
fuera y la real se mostrara.
-Ethan.
Oye espera.- Apresuré el paso para que no se me escapara. Pero ya me estaba
arrepintiendo de haberme acercado. Sus ojos no estaban tan relucientes como yo
hubiese esperado, se veía cansado, demasiado ¿por qué? La verdad era que yo no
sabía mucho de él, y apenas lo notaba.
-Hay
clases… ¿luego, si?
-Es…-
La rabia me comenzaba a impregnar, no podía dejarla.- Bien.
Y mi interior gritaba ‘‘¡¿QUÉ RAYOS
FUE ESO?! ¡¿Eres idiota o te haces, piensas arruinarlo siempre?! Pero no tenía
nada para decir. Él quizá lo sabía. Y no quería tener que soportar el que yo me
hubiese quedado callada.
El auto de Connor estaba afuera
aparcado. Lo miré y fue realmente tentador. No pude evitar mis instintos de
chica mala, o al menos de chica que no entra a clases. Y cuando menos lo pensé
ya estaba recargada en la puerta del coche. Segundos después… ya me encontraba
sentada en el cofre. Eran movimientos inconscientes y fugaces. Era cómodo, el
sol no era un problema, un árbol le hacía sombra. Era de esperar el que Connor
cuidara tanto a su no tan pequeño tesoro.
Me recargué en el cristal. Me puse el gorro de mi suéter que en esta
ocasión era color rojo; casi cubría mis ojos, era perfecta esa escena. Todo era
tranquilidad en el momento. Una pareja se veía a lo lejos, ellos haciendo lo
suyo, y grupos de gente por ahí.
Comencé a tararear una canción que
sonó en mis auriculares; movía mis manos y pies al compás de la música.
-Una
gran canción supongo.
Esa voz provoco que diera un salto por
tremenda impresión, apenas segundos antes creía estar sola.
-Si
bueno… lo es.- ‘‘Lo era’’ debí decirle, por que apague el Ipod luego de eso. Y
así KYO dejó de sonar con Je Cours. Lastima. Buena canción.
-La
chica mala no entró a clases. Te encanta meterte en problemas.
Eso era justamente lo que yo había
pensado antes ¿Qué pasa? Acaso el chico nuevo podía leer mis pensamientos,
esbocé una sonrisa al pensar en mi frase dicha de manera muy poética.
-Si,
eso me encanta. ¿Qué hay de ti? Estas a fuera también.
Creo que no dejaba de mostrar mi
sonrisa, por que él no dejaba de mirar mis labios. ¿O ya había dejado de
hacerlo y él pensaba en algo más?
No puedo negar que esa idea me
fascinó.
-Alguien
tenía que venir a vigilarte.
Esperé que él supiera que eso no tenía
sentido. No para mí.
-No
tenías que molestarte- Para ese momento estaba más que segura de que ya no
tenía ni una pequeña sonrisa en mi rostro.- Me puedo cuidar sola.
-Si,
el lunes lo demostraste. -¡Rayos! Hasta su sarcasmo era agradable, estaba
doblegada ante él.
-¿Qué?
¿Mi pelea no te impresionó, o al menos mis gritos?
-Eso
si.- ¡Maldición, su risa era encantadora! Peor, yo me reía con él.
-Creo
¿Entonces si recuerdas lo que ocurrió?
-Si,
bueno, son la clase de cosas que no se olvidan. Pero ¿Qué recuerdas tú? - Algo
de nerviosismo se presentó en su voz. Me demostró con eso que esperaba que yo
no recordara la pelea, los gritos, a Deborah, a Lerk, a los chicos que pelearon, y la sangre.
-No
se si para tu desgracia o beneficio, pero recuerdo todo. No se el porque de
todo lo que ocurrió, ni sé quien esperaban que fuera, pero lo recuerdo. Los vi,
y sé que eso fue real. Todo. Lo gracioso de esto es que solo me faltaba conocer
sus nombres para sorprenderme menos. El tuyo, y el de esos tipos, por que ya
los conocía a todos.
La impresión en su rostro no me
sorprendió, seguro no era lo que esperaba escuchar.
-¿Cómo?
¿Ya los conocías? Espera… ¿A mi también?
-Si.
Es complicado explicar eso.- Y me pinté con una sonrisa más amplia y formada,
ya le había tomado confianza, pero no tanta como para confesarle lo de los
sueños.
-Pero
tienes que hacerlo. ¿Ya nos conocíamos antes?
-No.
Bueno, yo a ti si, pero tú a mi no.
-Eso
no lo sabes.- Dijo él guiñándome un ojo. Lo cual si que me sorprendió. Y fruncí
el seño.
-Debes
hablarme sobre eso. ¿Por qué ya me conoces y a ellos?
-No
creo. Me pudiste haber ayudado, y más, pero no te tengo tanta confianza como
para contarte sobre eso.
-Oye,
deberías…
-Solo
te conozco hace dos días… oficialmente. -Le inquirí.
-Buen
punto. Entonces conozcámonos mejor.
-¿Sólo
por que quieres saber como es que te conozco?
-No,
claro que no.
-Ah,
entonces por que quieres comprobar si yo soy Leyni o no.
-Eso
es algo realmente privado…
-¿No
es por eso?- Interrumpí.
-No.
-Te
apuesto a que has tenido muchas amistades con mujeres, así que podrías
esforzarte mas en hablar conmigo.
Él sonrió, yo hice lo mismo. Para
entonces ambos estábamos sentados en el cofre del auto, con los pies colgados y
balanceándose. Aun sentado, su altura era imponente.
-Es
verdad. -Dijo felizmente.
-Entonces…
El se puso de pie frente a mí. Colocó
sus brazos a mis costados, apoyando sus manos en el auto. Su cercanía no me
molestó pero si fue inesperado, de pronto su confianza hacia mí era completa.
Eso era muy inquietante.
-Me
da mucho gusto conocerte, mi nombre es Zack, me acabo de mudar, cumpliré 18
próximamente, es verdad, ya conocía a varios chicos de aquí, que también son
tus amigos. Me gustan las películas de acción, pero eso no quiere decir que no
pueda disfrutar de una romántica. No tengo novia. No vivo con mis padres. Amo
la música. Toco el piano. Y realmente me gustaría conocerte y ser tu amigo. Me
encantaría que tuvieras confianza en mí. Pienso que es la base para tener una
amistad. Ese soy yo resumidamente.
-Tocas
el piano ¿eh?- Dije conmocionada con la parte de ‘‘no tengo novia’’ eso si que
me emocionó, se tomó el… atrevimiento de mencionarlo. - A mi también me da
gusto conocerte, pero admito que cuando te conocí no fue tanto así.
-Perdiste
a alguien ¿no? - Él lo comprendía. Y se alejó, poniéndose a mi costado otra
vez.
-Exacto,
y era alguien realmente importante. Y que tu llegaras significaba un cambio muy
grande, y pesado.
-Entiendo.
-Y
no creas que no le preste atención a tu larga presentación. Me perdí un poco
con lo de la novia, pero le seguí el curso hasta el final.
-Tu
sinceridad me conmueve.- Dijo luego de una conveniente risotada.
-¿No
esperas que haga lo mismo verdad? - Y su risa volvió ¡Que gran melodía!
-No
necesariamente.
-Genial.
Solo lo importante… Tú ya sabes mi nombre.
-Eso
es obvio, desde que llegue te diste a notar.
-Cierto.
Soy buena haciendo eso. Bastantes personas terminan conociéndome rápidamente.
-Pero
pocas personas terminan conociéndote realmente bien. Estoy convencido de que la
mayoría aquí, no te conocen.
-También
es cierto. Pero es mejor así.
-Eres
interesante. -Él debía dejar de impresionarme, pero no.
Él sonrió y le respondí. Ese momento
se volvió de los dos, de alguna forma era especial, noté sus ojos
detenidamente, los examiné y el igual. Yo noté que eran de un profundo y oscuro
verde, que eran de los que podían mentir por la boca pero no por la mirada,
solo se veía sinceridad en sus ojos. Y supe que si la amistad se efectuaba, él
jamás intentaría lastimarme. Pero no era tonta, sabía que de una u otra forma
no debía confiarme del todo en alguien desconocido en la vida real.
Y mientras yo miraba en él seguridad,
verdad y algo hermoso fluyendo de su
interior, sabía que el solo estaba buscando eso que Deborah había mencionado;
cuando le dijo que mis ojos eran los mismos de quién sabe que. Ese recuerdo me
dolió, la esperanza de que Zack se interesara en mí, se hizo añicos al
instante.
El tiempo vuela cuando te diviertes, y
cuando buscas la verdad en la mirada del tipo más atractivo que jamás hubieses
visto. Ya había sonado la hora de salida, la gente comenzaba a fluir hacia la
salida y los coches del estacionamiento.
Entre la turba salieron mis
‘‘amigos’’. ¿Qué significado tenía esa palabra para mí realmente?
10 Salida
forzada
Jen y Marisol se acercaron a nosotros.
-Hey
chicos. Ambos no estuvieron en clase.
-Di
algo novedoso Mar.- Le pedí.
-Bueno…
vamos todos a salir… iremos por ahí. Ethan consiguió un auto y saldremos juntos
¿No es genial? ¿Hace cuanto que no salimos todos juntos? - El entusiasmo de
Marisol era más que notorio.
-Si,
hace falta salir, no llevamos mucho en clase pero, hay que ponernos al día, y
prepararnos para la fiesta de mañana. Ustedes pueden continuar con el ligue ya
que lleguemos a nuestra primer parada- Dijo Jen. Claro ella podía decir lo que
fuera, ya tenía novio.
-¿Qué
dices? Aquí no hay nada de ligue. Y no quiero ir.
Zack ni se inmutó. Permanecía a mi
costado en silencio, algo que realmente me molestó. ¿Qué esperaba? ¿Qué me
acercara mas a él y pusiera mi cabeza en su hombro, mientras dijera ‘‘No es lo
que estas pensando’’ con una voz de niña mimada puesta al descubierto? Era
ridículo, ¿por qué se ponía serio de repente?
-¿A
qué no quieres ir? ¿A la fiesta o a lo de hoy?
-Te
soy sincera- Mi voz ya acompañaba a mi irritación, lo cual era estúpido por que
me la había provocado yo sola- A ninguno de los dos. Pero mi opinión no cuenta.
Así que ¡Vallamos!
-Hey,
tranquila, solo te están invitando.- Valla a Zack no le comió la lengua él
ratón.
-Si
bueno. Ethan es quien tuvo la idea. Ósea que la están obligando y con la pelea
de ayer, es normal que se moleste.- Mar hacía el intento de entender.
-Hay
que acercarnos, o se van sin nosotros.- A Jen mis problemas no le importaban. Y
no se molestaba en ocultarlo.
-Mejor-
Carraspeé. Y Zack pasó su mano por mi hombro invitándome a calmarme.
No me calmé como hubiese querido o
necesitado. Quizá con un abrazo de Zack… Esas ideas me iban a volver loca.
-Esto
es una belleza- Balbuceó Ethan triunfal. Refiriéndose a la lamentable cafetera
que teníamos en frente.
-Da
pena-Dijo Jen.
-Es
un clásico.-Se defendió Ethan.
-Si,
es un clásico que da pena.
-Es
vergonzoso.-Siguió Jackie.
-Mas
que vergonzoso, me da asco, ya nadie usa estos autos, si es que se le puede
llamar así.- Samuel era inteligente en sus palabras.
-Amigo,
mejor no le seguimos o terminarás por los suelos con tantas críticas. - Claro,
lo dijo el comprensible Connor, dueño del auto mas genial del grupo, el auto
que ya tenía la forma de mi trasero en el cofre.
-Bueno.
¿Se suben o no?
-No.-
Dijeron todos al unísono que me fascinó.
-¿No
hablaras en serio hermano?- Zack demostró confianza. Realmente todos los
hombres se conocían ahí.
-Déjalo
ya Ethan. Tomemos mi auto, o uno de…-Connor dudó.-de casa de Jordan.
Y mi interior gritó un no rotundo. Yo
aceptaba viajar pero no en el auto de ‘‘Jordan’’ no de ese tipo.
-Bien.
Llámalo.-Dijo Ethan derrotado, pero con voz de un verdadero idiota perdido.
-¿Eres
estúpido o te haces?
-Ya.
Ya lo sé. ¿Cómo piensas traer el auto?
Y Connor entró en un aire pensativo,
como si estuviera tratando de encontrar la mentira adecuada para meterla en la
cabeza de nosotras. Por que estaba claro que todos los hombres estaban bajo el
mismo rollo. Estaban metidos en líos que solo ellos sabían, en cosas que a mí
me molestaban por ser tan… de ellos, tan ocultas.
-Yo
voy por él. Creo que está cerca. Jordan dijo que estaría en la ciudad.- Connor
no fue muy inventivo a como esperaba, realmente me decepcionó.
Le pidió a Sam que lo acompañara,
ambos se fueron en el auto. Mientras esperamos ahí sin mucho que hacer.
De pronto Ethan, John, Jen, Brad, y
Zack estaban hablando como el gran club de mentirosos que representaban para
mí. Con sus secretos y cosas extrañas. Claro apenas se le había unido Jen a mi
visión.
Y a unos cuantos pasos Jackie, Mar,
Kim y yo entablamos una conversación acerca de animales marinos, bueno de
chicos también, pero no como prioridad.
-¿Jess
no viene cierto?- Pregunté.
-¿Te
gustaría que viniera?- Me preguntó Kim.
-¡Claro!
Nos llevamos tan bien, que estar con ella es lo primero en lo que pienso.
-Bien,
pues tu misma respondes a la pregunta.- Me regañó Mar- Desde que Rodrigo no
está mas con nosotros, pues, ya no tenemos que lidiar con ella, ya sabes, no
muchos soportan su temperamento.
-Y
si realmente queremos pasarla bien, es mejor sin ella.- Aceptó Jackie.
-Eso
suena muy bajo, incluso para ustedes… A pesar de todo es amiga suya ¿no?- Les
dije.
-No
creo que ella sea una amiga Mel.- Concluyó Jackie.
Me di cuenta de que aparir de ahora no
habría mas Jessica.
Un poco menos de media hora después
apareció la dichosa camioneta. Esa si podía ser llamada ‘auto’ o lo que
quisieran menos ‘cafetera’ o ‘chatarra’ por que no lo era. Demasiado lujosa
para ser de Jordan, me sentí incomoda ante el recuerdo del hombre.
-Suban-Gritó
Connor, conforme con su trabajo de conseguir algo decente para nosotros.
En ese momento los únicos chicos de mi
agrado eran ellos dos: Connor y Sam por no formar parte de la charla complot de
antes.
El auto arrancó, y no se detuvo hasta
que llegamos al que puede llamarse el inicio del bosque. Ahí había unos cuantos
comercios.
Terminamos dentro del restaurante.
Graciosamente no cabíamos en las mesas del lugar, y nos colocamos en el fondo,
donde era menos probable que molestáramos a las personas. Las mesas eran solo
para cuatro personas. Y yo realmente anhelé que Zack se sentara en la misma que
yo.
En la mesa de la esquina, donde
nuestros gritos podían hacer estruendo, estaba John, y realmente lo agradecí,
necesitaba reírme un rato. Yo me senté frente a él, Mar a su lado, y el lugar
restante aun no era ocupado, los demás ocuparon las mesas que necesitaron. Jen
estaba en mi espalda. No muchas veces se sentaban alejados Ella y John, pero
que lo hicieran era bueno, por que ambos sacaban su verdadera forma de ser.
John nunca dejaba de ser gracioso pero lo era aun mas cuando no estaba con Jen.
En fin eran agradables juntos y separados de distintas maneras. Se daban su
espacio, eran la pareja más genial que pude ver jamás.
-Nadie
quiere estar a tu lado. Lo siento mucho Mel.-Dijo John sin nada de seriedad.
-Exacto
tú lo sientes mucho.-Dije.
Y parecido al ‘‘y mágicamente’’
apareció Zack, fue el último en entrar al restaurante. Y tenía dos opciones;
nuestra mesa o la otra.
En la otra de la orilla estaban
Jackie, Connor y Ethan. Una combinación peculiar.
Optó por sentarse en nuestra mesa. Y
le lancé una mirada fulminante a John que decía ‘‘Toma eso’’
-Dime
que no me eh perdido de nada.-Escuche decir a Zack, sin saber a quien se estaba
refiriendo.
-Amigo,
dime tú a mí que yo no me perdí de nada. ¿Qué pasa eh?
-¿De
qué?
-De
verdad amigo, ya nos conocíamos ¿no?
A nuestras espaldas había por lo menos
cuatro conversaciones más y la de nuestra mesa no era la que llevaba mas
fuerza.
-John
por favor, no hagas que odie la palabra ‘amigo’, la haz mencionado demasiado en
el día. Y en clase ¡no se diga! ¿Qué, cien veces?- Le dijo Marisol, en un
intento de no ser excluida de la mesa, aun estando sentada ahí.
-Vamos
Mar, no te pongas celosa, también eres mi amiga, lo sabes, y te quiero.-La
rodeó con un brazo y la sacudió como si fuera un trapo, algo desagradable para
mí y al parecer también para ella.
-Hey.
John ¿Estás borracho?-Pregunté. Y Zack no reprimió su risa.
-Claro
que no.- Y soltó a Mar. - Ustedes dos.-Nos apuntó a Zack y a mí con una
peligrosa pajilla.- ¿Qué se traen? Por su culpa Ethan se molestó con nosotros.
¡Corrimos como cien vueltas! Buena
elección la de no sentarte en la misma mesa que él, hermano. Has asegurado que
tu cabeza siga pegada a tu cuello por lo menos una semana más.-Su charla se
había vuelto un susurro miedoso.- Y si se te ocurre ser su novio- Me apuntó con
la barbilla.-Bueno, sabes eso lo enfurecerá mas.
-Sabes
que lo que él dice es un juego-Dije refiriéndome a todas esas veces en las que
Ethan decía que yo era su novia.
-¿Sí?
Entonces se tomó ese juego muy enserio. De verdad que no sabes nada Melanie.-
John estaba serio, sin juegos.
-Incluso
yo lo eh creído Mel, él está raro, se molestó mucho ayer. Es… extraño.-
Mencionó Marisol.
-Y
como Rodrigo murió cree tener oportunidad ¿no?- Reproché.
-No…
bueno, eso no lo sé. Pero suena lógico.-John volteó la mirada para Zack-
Cuídate de Ethan molesto.
-Eso
lo sé. Pero no tiene por qué. Me refiero a esto. Vamos, yo solo me salté una
clase.
-Pero
estuviste con ella.-Dijo Marisol. Ya me estaba asustando, pero solo el hecho de
que Ethan y Zack pelearan ¿qué? ¿Por mí? No. Bueno, no sabía que creer. Y la
idea era estúpida.
-Y
la salvaste el lunes. - Prosiguió John.
-¿Eso
qué? Alguien más pudo haberlo hecho. Fue una buena hazaña-Volví mi vista un
momento a Zack y miré de nuevo a John y Mar.- Pero, bueno esa no es razón para
que se moleste. ¿Cuál es la verdadera razón de su enojo?
-Que
Zack no está siguiendo sus ordenes.-Dijo John.
-Y
no lo haré. Si eso va contra mis principios.-Repuso Zack.
-¿Qué
son… soldados?- Mencionó Mar incrédula. Obviamente no eran eso, pero si eran
algo que iba mas allá de una amistad o algo normal, de ‘‘hombres normales’’.
-¿Principios?
- Inquirí yo algo divertida por la frase.
-Hay
cosas… que es mejor dejar así Mel. Ya te enterarás.- Recibí toda su confianza
en ese dialogo. Fue demasiado mágico. Importante. Y al mirarme noté, que sus
ojos combinaban con los míos, sus ojos de un verde imponente en contraste con
mis ojos de verde claro. Simplemente maravilloso.
Y le dije a mi interior ‘‘Lo siento
Rodrigo, pero debo ser feliz’’ Y me prometí no reprocharme por lo que pudiese
sentir. La conexión con su mirada fue realmente importante para mí. Y esperé
que también para él.
-¡Chicos!
De verdad, no les entiendo nada. Me rindo con ustedes. Son más raros de lo que
creí. ¡Brad, ven aquí!
Ella se paró y le dijo algo, y se
intercambiaron lugares.
-¿Qué
pasa por aquí? ¿De qué hablan? -Dijo Brad tranquilamente.
-De
Ethan. Bueno, del problema mas enorme de todos, ya sabes, lo que pasará sí lo
que sea que pasa entre ellos dos se hace… mas… no sé, mas real- Repuso John.
-Oh
vamos. -Dije yo.
-Es
una amistad solamente.-Me apoyó Zack.
-Si.
Pues intenten decirle eso a Ethan.
¿Entonces ya lo sabe?- Brad giró la cabeza para ver a los otros dos. Confundido
y preocupado, su cara no mentía.
-No.
Brad, no te preocupes, ellos dos, tú y Ethan. Nadie. Nadie me dice nada. - Mi
mayor defecto era molestarme demasiado rápido.
Todos pusieron caras de nerviosos
compulsivos. Daban pena. Eran muy irritantes.
-Pero
en algún momento….-Zack había roto el silencio que ya estaba formado.
-Eso
será después.-Dijo Brad en una posición de chico alfa.
-No.
Hay otra cosa. Ustedes creen que puedo llegar a morir sin saber la verdad, pero
les tengo una noticia. Confiesen o no, yo lo sabré. Toda la verdad la
descubriré por mi misma. Oh por favor yo ya conocía a Zack.- Y los confundidos
fueron el par que tenía enfrente.
-¿Cómo,
ya se conocían? ¿Zack, ya te conocía?- John abrió los ojos como platos.
-No,
bueno. Yo… no. Ella dice que ya me conocía, no sé como.-Zack ya estaba
preocupado, quizá esperaba que le creyeran, como si conocerme de tiempo fuese
un delito.
-Tranquilos.
No solo a él. También a Debo…- Y en ese instante Zack me tomó entre sus brazos
para taparme la boca con una mano, para evitarme terminar con el ‘rah’.
Aproveché el momento tanto como pude.
-Hermano.
¡Encima, la abrazas!-Gritó Brad por lo bajo.- Pero por favor… Mel, que no se te
ocurra siquiera nombrarla. Nunca.
-Esta
bien.-Dije sin pedir razones.-Y eso no tiene sentido.
-Intenta
decírselo a Ethan.- Mencionó John con un leve intento de burla en su timbre.
-Oh,
eso, no tiene sentido. Yo te eh abrazado, muchas veces, y a ti- Apunté con mi
barbilla a Brad. Y obvio, consiguieron no tocar el tema de la chica sexy que
quería asesinarme.
-Muchísimas
veces, pero yo tengo novia…-Punto para John, pensé.
-Y
tú tienes a Marisol ¿no? -Dije imitando la postura de John. Parecía que quería
imitar a un macho de película romántica que nadie quiere ver. Y Brad se puso
rígido ante mi declaración.
-Exacto.
Ya estas entendiendo.- Se mofó John, recibiendo la mirada desaprobadora de
Brad.
-Entonces,
simple, Zack consíguete una novia para que te pueda hablar sin tener problemas
con…-Incliné mi cabeza para atrás refiriéndome a Ethan.
-Será
mas fácil si tú te conviertes en mi novia.- Comentó sin vacilar. Me tomó como
un golpe al pecho que me hizo rebotar en mi asiento.
Y me di cuenta del pésimo servicio que
tenía el restaurante. La camarera solo se había acercado para dejarnos agua…
natural. Tal vez por que era alérgica a adolescentes en cantidades numerosas.
No había carta, ni pedidos, nada, pésimo sin duda.
Le di un enorme sorbo al agua. Y de
milagro no me atraganté.
-Una
razón mas para…- Dijo John moviendo su cabeza como yo hice antes para referirse
a Ethan- No haz dicho nada. Nos demuestras que estás de acuerdo.
Quebrantando mi meditación sobre el
mal servicio.
-¿Se
han dado cuenta de que mal atienden aquí?- Dije atontada, y mi pregunta lo dio
a notar muy bien.
-¡Vez! ¡Le das más motivos para querer
lincharlo! !No lo
niegas! -Insistió
-Es
verdad, pésimo servicio. ¿Quién eligió venir aquí?- Me ayudó Brad. Y lo amé por
ello. Fue un lindo detalle.
-No
la apoyes Brad, intentamos salvarle el pellejo a Zack.
-No
te molestes. Y si ella no dice nada, es por que lo esta pensando con
detenimiento, y vamos, obviamente no es una declaración verdadera, si lo fuese
con una chica tan linda como ella… ya me habría arrodillado.-Afirmó Zack.
-¿Y
eso que significa?-Dije confundida.- Quieres besarme ¿no?
Él pasó sus brazos de la mesa a sus
piernas un par de veces. John se recargó en el respaldo en símbolo de
rendimiento. Y Brad se nos acercó más, como si el espectáculo fuera el más
interesante al que acudió jamás.
-¿Qué?
No. -Dijo rápidamente.
-¿Dices
que soy mala para ti, y no soy lo suficientemente buena para ti como para
querer besarme?
-Nunca
dije eso, ¿qué? No, espera. Me confundes.
-Esa
es la idea.
-Nunca
dije… ¿Qué dije?
-Entonces…
te gusto.
-Exacto.
¿Qué? Si. No. Ag. Vasta de esto.
-Amigo,
acabas de confesarle que te gusta.-Dijo Brad con sus manos sobre la mesa tan
juntas que las puntas de sus dedos estaban blancas por la fuerza con la que se
sujetaba.
-Claro
que no.-Dijo él.
John se acercó hacía nosotros tres,
como si ya formáramos parte de un complot, y él tuviera el secreto principal.
-Solo
cuídate de los problemas con… por que ya tenemos demasiados con…
-John
lamentablemente a veces si eres irritante-Dije con una sonrisa sarcástica.
-Hagan
lo que hagan. Tienen mi apoyo.
-El
mío también-Dijo Brad.
-Solo
por ¿Solo por un abrazo?
Y los tres sonrieron ante mi pregunta.
La camarera al final llegó. Ordenamos,
comimos, charlamos pero de otras cosas menos relevantes. Terminamos y salimos
de ahí.
Kim y yo, salimos al final. Afuera los
chicos estaban algo dispersos, Kim se unió a Connor y Jackie. Me acerqué a Zack
que estaba alejado de todos.
Metiendo
mis manos en las bolsas de mis jeans. Él dijo:
-Llegará
el momento en que me dirás lo de tus sueños ¿no?
Dijo con una sonrisa tan impecable,
que moría por tocar con mis labios… ¡Si que estaba perdida! ¡Ahora quería
besarlo! Y eso si que estaba mal ¿no?
-Tal
vez. O tal vez no, por que si te lo digo, vas a creer que estoy loca.
-Mmm...…
Eso no lo sabes- Respondió con un gesto de complicidad.
By: Yocelyn Lpz
Saya Chan*
ME HA ENCANTADO¡¡ Que lío más tremendo. ¿Al final a Zack le gusta ella si o no? Arg, demasiadas dudas. Yo creo que sí jeje a ver cuando hay beso...jeje ;)
ResponderEliminarBy Myra
jajaja, gracias por leer!!! Siempre me alegras comentando, y pues, haber que pasa!
EliminarPues menudas ganas de saberlo jaja
Eliminarsigue así que si no me entra mucha impaciencia :)
By Myra
Vaaaya, pero entonces, ¿todos ls amigos de Melanie son amiguitos de Zack y saben todo lo relacionado con esa tal Deborah? Bueno, que lío! De verdad,que nervios. Quiero saber al final que pasa con TODOS. Ja, ja.
ResponderEliminarBy Triss