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Capturados…
Ahí estaba sin más. Cole rugiendo,
amenazando al hombre que ya no tenía un brazo y su espesa sangre lo bañaba por
un costado. Cole le mostraba los dientes, esos afilados y potentes colmillos,
que no eran la causa de la sádica escena, pero bien podían costarle el otro
brazo.
-Debo
ayudar.- Me susurró Josh. Más preocupado y tenso que antes.
Y se fue. Los truenos en el cielo
comenzaron a amenazar con mayor potencia que el gruñido de Cole; acompañado del
que creo que era Dick.
Y un hombre que estaba más cerca de
Adam tomó una rama. Una enorme y afilada estaca. Derek saltó encima del otro
sangrante. Cole fue por uno que vestía con ropa rasgada, mugrienta y en mayoría
de color verde. Eran muchos, mas de diez, si contaba a los tres que ya estaban
muertos, destazados en el suelo.
Mia estaba gravemente herida. Miriam
peleaba contra la única mujer, muy alejada de mi posición. El hombre de la
estaca fue contra Adam. Lanzó la rama contra su costado expuesto, no lo
atravesó, pero lo hirió de gravedad. Maldije, dije cosas que no me arrepentí. Y
el calor en mi cuerpo aumentó, a pesar de que pequeñas gotas de lluvia brotaban
del cielo, mi piel estaba caliente, sentí coraje, rabia y demasiada impotencia.
“¡Debo moverme, Debería moverme!”
Él hombre volvió a intentar matar al
lobo de ojos marrones. No pudo. Simplemente se miraban atentamente, Adam
esperando el próximo ataque, y él rastreador ansiando poder matarlo de una
buena vez.
La lluvia aumentó. Podía sentir como
la lluvia en contacto con mi piel se evaporaba, era tanto mi coraje que ni el agua
podía disminuir esa fluidez de energía. El suelo comenzaba a enlodarse, la
sangre empezaba a caer.
Por fin pude verles, ahí peleando,
intentando ganar algo, los Eternit estaban ahí, ese par de chicos. Pude sentir
una línea que me unía a Patton, supe instantáneamente quien era, y supe que era
como yo. El otro hizo una maniobra grácil y perfecta. Logró impedir que
atravesaran a Adam. Y en su intento de alejarlo aun más, recibió de paga un
puñetazo en el mentón. Lo hizo retorcerse en el suelo, el húmedo y terroso piso
sonó como un niño brincando un charco.
Verle caer y escupir su propia sangre,
no me hizo querer vomitar. Me hizo desear pararme, correr hacía el rastreador y
romperle la cara.
Y me grité a mi misma, ya con el
cabello y la blusa empapada.
‘‘¡Muévete! ¡No me jodas, muévete!’’
La lluvia escondía mis lágrimas,
escondía el dolor que obligarme a estar de pie me había causado. Cuando me puse
de pie, caí casi al instante en el suelo. Pero me creé una fe nula, una fe en
mi misma. Fe en las palabras de Lucia.
¡Yo no estoy enferma! ¡Puedo moverme!
¡Rick es un idiota!
Eso me dio la fuerza suficiente. Creí
en mí, creí completamente en mi misma, en que fuese o no una Eternit, yo podía
caminar. Y me puse en pie otra vez. Costosamente logré flexionar mis rodillas,
mis tobillos y los dedos de mis pies, todos por sí mismos. Y me di cuenta de que yo realmente no estaba
inválida.
Los raspones en mis rodillas y
antebrazos no importaron. Corrí como una loca frenética hasta encontrarme con
Adam, el rastreador, y ese alusivo e interesante chico nuevo.
Adam lanzó un gemido -quería que me
alejara- Luke, que no lo había visto hasta ese momento se puso frente a mi,
incitándome a retroceder. Sus ojos morados me lo pedían. Soltó un lastimero
quejido. Mostró su mandíbula, esbozó algo como un ladrido de perro abatido.
Pero lo ignoré, seguí adelante, él de la estaca volvió a atacar, al tiempo que
otro intento atacarme por detrás pero Luke le atravesó la traquea.
Yo realmente estaba loca, una completa
tonta zafada, no tenía por que acercarme si no tenía ni idea de que hacer.
Patton me miró, confundido, el tenía la misma conexión que yo, o al menos eso
quería creer.
Me puse más cerca del tipo con la
rama. Él chico del suelo me miró mas fascinado que confundido. Intenté golpear
al harapiento, solo logré que me sacara de la jugada, me empujó, golpeándome
con la gran rama recién cortada. Quedé incluso más lejos del chico y mas cerca
del río, si caía ahí estaba perdida, no sabía nadar bien y la corriente era
demasiado fuerte y la lluvia empeoraba todo.
Mis mejillas seguían calientes, mi
coraje aumentó. No me iba a dejar vencer, todos estaban peleando a mí
alrededor. Yo debía hacer algo. Patton lanzó una patada y me gritó:
-¡Usa
tu marca! ¡Ahógalo!
Él del suelo me miró desconcertado y
yo pasé mi mirada de Patton, al otro, de Cole al rastreador, y a Adam. Que
miraba con un solo ojo.
Me despabilé. Corrí y lo golpee en el
vientre, él chico del suelo me ayudó, para bien y mal, él rastreador noqueó al
chico justo antes de que lo hiciera conmigo. Y por fin comprendí.
Tomé al rastreador por el cuello. Mi
energía se concentró en acabar con él. Mis ojos, mi marca oculta, mis hombros y
mi piel ardieron, todo mi cuerpo deseoso de usar esa fuerza durmiendo en mi
interior.
Mi vista y mi hombro derecho me
quemaban en forma benigna. Una luz casi segadora me recorrió. No sabía si era
bueno o malo, pero no parecía estar en mi contra.
-¡Suéltalo!-
Gritó Patton refiriéndose a mi poder, a eso saliendo de mí ser.
Pero no sabía como hacerlo. ‘‘Solo
piensa que lo harás’’ Esa voz, era tan familiar, pero no mía, salía de mi
cabeza, pero no la provoqué.
Parecía Jordan, parecía Connor. Pero
no estaban ahí, no podía ver nada, pero sabía que no estaban, no los sentía.
Mis ojos se encendieron en una luz blanquecina
y el tatuaje en mi brazo apareció ardiéndome, quemándome, doliendo igual o más
que la vez en que Deborah lo hizo aparecer.
La fuerza y esa extraña energía
pasaron de mi hombro hasta mi muñeca y luego de negarse en atravesar la palma
de mi mano, lo hizo, llegó a la piel del rastreador y de su cuello salieron
líneas; muchas grietas que bailaban en colores carmín y azul, una sinfonía que
bailaba por su garganta. Algo cálido para mí, pero no para él, el tipo se
retorcía de dolor, gritaba e intentaba soltarse, no pudo. Todo su ser, de
principio a fin se quedó inmóvil. Ya no se escucharon quejidos y su cuerpo
estaba frío; viscoso a mi tacto, junto a la lluvia. No supe que mas hacer y lo
apreté con mas fuerza.
Al unir mis nudillos, él desapareció,
se volvió un montón de granito en el fango. Mi piel volvió a ser mía, mis
mejillas dejaron de arder y caí de rodillas. No vi la cara de Patton pero sabía
que me decía ‘‘Bien hecho’’.
Enterré mi cara entre mis manos, no
había señal en ellas de que hubiese atacado a alguien, de que hace segundos
hubiese acabado a alguien. Y simplemente no lo podía creer. Necesitaba un
abrazo, uno fuerte, que me dijera que todo estaba bien, que hice lo correcto,
pero nada.
Mis oídos se negaban a escuchar, mis
ojos se negaron a ver. Y me quedé así. Exhausta. Sintiendo que vivía en un
mundo falso, demasiado ajeno a la realidad. Los lobos, shadows, rastreadores,
Eternit y demás no podían existir. No me lo había querido decir, por que creí
que tal vez la mitad de mi vida era un mal sueño, un mal sueño como tantos
otros que eh tenido en toda mi vida.
Pero al ver caer a mis amigos, al ver
casi morir a Adam, al casi morirme y al ver morir a alguien… ¡Todo es real! Y
no puedo hacer nada para cambiarlo.
Cuando escuche el chapoteo de rodillas
contra el poco césped y la tierra mojada alejé mis pensamientos y volví la
vista para ver a Cole, Dick, Derek y
Luke sujetando a los que eran fugitivos.
Los Rastreadores se habían ido. Solo
cinco habían muerto. Patton ya estaba de pie siendo escoltado por Derek. Sabían
que él no escaparía. Por otro lado él chico del suelo, él que me había ayudado,
estaba sentenciado a permanecer en la tierra hasta que dejara de poner
resistencia.
-¡Vasta
Jason, tenemos que ocuparnos de Adam!- Le pidió y gritó Luke. Mientras Jason
trataba de soltarse.
Él rebelde tenía gran parte de su
cabello lleno de lodo. La lluvia no paraba así que él no podría resistirse por
mucho tiempo.
-¿Estás
bien?- Me sorprendió Cole.
No respondí.
-¿Necesitas
ayuda?- Insistió Luke para mí.
No hice caso, de que serviría
responder, más heridos y faltos de ayuda estaban ellos.
-¿Tu
mandíbula está bien? - Me preocupé por Jason, que sí necesitaba que se
preocupasen por él.
Pero no me respondió, solo me demostró
indiferencia.
-No
te le quieras hacer amiga Mel. - Advirtió Dick. Al tiempo lo puso de pie sin
tanto esfuerzo como parecía necesitar, lo llevó sujetándole ambos brazos. Como
si fuese un reo.
Y al intentar levantarme, no pude. Y
al intentar levantar a Adam como lobo aún, no pudieron, no por que estuviera
pesado, si no por que no querían lastimarlo.
-¡Dick!-
Gritó Luke al tiempo que se le cayó la cabeza de
las manos, Adam soltó un gemido.
-Dick…-
Todos me miraron, incluso Jason, pero rápidamente se voltearon ¡bien! Por que
no les llamé.
Él se acercó, con Jason por delante.
Se acercó un poco más y le dije quedo, (como si los demás no pudiesen escuchar
¡Ja, Ojala!)Era un intento.
-No
me puedo levantar.- Continué apenada.
Su mirada no se inmutó.
- Aquí lo que harás Jason. ¡Llévala con Monique! Yo ayudaré a llevar a Adam y el
cuerpo de… Mason.
Jason solo abrió los ojos como platos.
No iba a protestar y aunque eso hubiese querido Dick ya se había alejado.
-Creí
que podías caminar. O este es mi castigo por ignorarte hace treinta segundos.
La voz de Jason no era más que un
soberano quejido y carraspeo. Y a pesar de todo me levantó. Dick si que era muy
inteligente, obligar sin esfuerzo a Jason para que me llevara de regreso era la
mejor forma de hacerlo volver sin fuerza bruta.
Curiosamente, a pesar de todo lo
ocurrido y que casi le rompen la belleza, me llevó en sus brazos con tanta
delicadez y gracia que me sorprendió.
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