Bien...
33 Iniciando
el desgarre
A partir de esa tarde después de
clases iba a casa de Monique. Incluso Mark fue por mí un par de veces.
Suficientes para convencer a mi hermana de que era un buen sitio. Lo cual hacía
que ella se fuera a sus viajes menos preocupada.
Perdí la cuenta del tiempo que ya
llevaba allí, en ese mágico y lejano territorio. Solo sabía que era sábado.
Jeannette llegaría hasta la media noche junto a Mark. Y ella le encargó a
Monique que cuidara de mí.
Y ahí estaba yo. Preparándome a las 7
de la mañana. ¿A qué hora llegue ahí? El caso era que, todos, incluyendo a
Cole, nos encaminaríamos a una expedición
frente a la casa de Monique.
Ella vive frente a un recinto
forestal. Un montón de flora se extiende frente a ella. Y como a un kilómetro
había un inmenso lago. Al cual iríamos.
En dos Jeeps, el de Adam y el de Beth
(exacto, tiene el suyo y no permite que nadie conduzca por ella). Subimos a los
autos, era mas divertido ir en una competencia contra el auto contrario,
bromeado y sacándome piedritas de los ojos (¡Gracias viento!). Que ir en la
camioneta de Jordan rumbo a un pequeño lago.
El auto de Beth ganó eventualmente, yo
iba en ese (Genial, que suerte tuve). Los perdedores debían saltar a la orilla
del marjal. Creí que eso estaba prohibido. Pero el agua estaba tan pura y
cristalina que no creí que un pequeño chapuzón le afectara a alguien.
Y mírenlos allí frente a mis ojos:
Cole, Adam, Derek, Dick y Jef -este último era amigo de Derek, invitado que
también perdió.-
Estos cinco muchachos. Quitándose las
playeras en cámara lenta. Dejando ver cada línea de sus… Bueno es sencillo
imaginarles. Todos con cuerpos esculturales. Menos Jef, él simplemente está
delgado, Dick tampoco está tan fornido.
Luke prefirió sentarse en el auto de
la victoria, así que disfrutaba ver como sus amigos se tambaleaban de frío.
-¡No
le den vueltas! ¡Solo salten, para que podamos seguir!- Exclamó Beth
entusiastamente.
Miradas fulminantes. Y un gran
estruendo por los ¡Splash! Del agua contra sus cuerpos. Todas reímos, incluso
me pareció ver que Mia lo hizo.
Salieron empapados. El agua les
escurría de todas partes. Gran momento.
-¿Me
veo muy mojado? -Le preguntó Cole a Miriam Extendiendo los brazos a los
costados.
-Algo.
Si.- Cole se le acercó- ¡Aléjate Cole! Hablemos cuando estés mas seco.
Y empezó a huir de su chorreante
novio. Él la alcanzó y la abrazó. Comenzaron a besarse y todos apartamos la
vista.
-Pobres,
pobres, pobres de ustedes mis grandes amigos. - Se mofaba Luke.
Derek y Dick empezaron a correr tras
él.
-¡Chicos!
Calma, yo lo decía en serio. ¡Me da lastima que les pasen siempre estas cosas!-
No pudo dejar de reírse cayó al piso y se seguía riendo. - ¡Esperen!- Intentó-
¡Derek! ¿Qué es eso? ¡Por favor, dime que solo es agua!
Imitó una voz diferente.
Beth hablaba con Adam. Ella se acercó
a mí - a su Jeep-. Él corrió hasta los tres chicos del suelo. Jef no se veía
por ninguna parte.
-Beth.
¿No debió salir Jef del agua?
-¿Qué?
Ah, si, pero le fascina nadar. De seguro llegó a otra orilla.
-No
creo.
-Tranquila.
Siempre hace esto. Todos los mojados van a correr un poco para intentar
secarse.
-Esta
bien. Yo los espero aquí.
-Genial.
Te veo en un rato.
¡Espera! Dijiste que los mojados. No
todos. De pronto ya estaba sola, con dos Jeeps aparcados frente a mí. Vi algo
moverse de entre la espesura. Tal vez era uno de los chicos. Tal vez era un
animal, era lógico que hubiese cuando menos un conejo por ahí.
No.
Era un rastreador. Pero no era uno de
los que ya conocía. Este era nuevo, uno más, pero no menos inquietante. Corrí.
34 Desgarre
fulminante
Creí que Jef volvería, y al no ver a nadie, se
preocuparía. ¿Qué podía hacer yo? No me encargaron cuidar de él.
Y no servía de nada quedarme a esperar
que él rastreador me asesinara. Corrí en dirección a la que mi instinto me
indicó.
Mi corazón palpitaba cada vez más
rápido. Cada vez me arremolinaba más y más en mi interior. Di zancadas enormes,
para evitar tropezarme. Vi una silueta: Adam.
Tan solo debía decirle que me urgía
irme, no podía confesar nada. Y menos, por que ya sabía que no me creerían. Y
sentí que era mi deber no decirles lo que se me había confiado. Seguí la
dirección que mis ojos captaron. Al intentar gritar su nombre… quedé afónica,
era el todo contra mi voz. Tropecé.
Ahí estaba él. Sin playera aun, se
veía inquieto, incomodo consigo mismo. Posé mi mano en un tronco, evitando
terminar en el suelo terroso. Y lo vi.
Su piel se desgarraba, sus huesos se
retorcían, toda su estructura humana desaparecía. Fue tan rápido que apenas
pude apreciar la contorsión, el cambio que hubo en todo su sistema óseo para
lograr cambiar.
Yo soñé con eso. Pero en mis sueños
dolía, se quejaban y les costaba respirar. Adam simplemente se inquietó, bajó
la mirada y ya era un lobo. No creí que le agradara que lo viera en su completa
metamorfosis.
¿Qué hacia? Aun recordaba al
Rastreador que pude sentir antes. Pero realmente no quería estar ahí. Reconocí
su olor silvestre, reconocí ese sofocante hedor de lobo. Y sentí muchos más
alrededor. Sentí muchas presencias parecidas.
Corrí de vuelta.
6 de enero. 2012
Y la fría presencia, esa helada
vertiente se avecinaba. Pasó como el frío viento que fácilmente reconocía. Era
una loca por pensar en regresar pero ¿En qué podía pensar en ese momento?
Reconocí el suelo verde y marrón de
antes. Estaba demasiado cerca de dónde estuve anteriormente. Me llegó una
súbita descarga de adrenalina y seguí corriendo -valla que había recorrido
bastante-, y justamente cuando pisé la zona plana….
Él rastreador apareció. Corriendo
-obviamente- mas rápido que yo; pero él no iba tras de mi. Al contrario pasó
frente a mí, huyendo. Ni siquiera notó mi presencia, hasta que decidió saltar
la laguna. Volteó la vista, pero no en mi dirección, miró mas allá, buscando,
luego me miró…
Era imposible que fuera alguien que yo
conociese, y era imposible también que lo reconociese, apenas y pude percatarme
de que me estaba mirando.
Y al sonoro trote apareció un lobo.
Ese hombre era perseguido por uno de los
licántropos que pude sentir antes. Cuando pasó frente a mí sin querer dije:
-¿Cole?
- Confundida.
Pero él lobo me miró y dio un
respingo. Eso era lo que había sentido, pero tal vez me había equivocado. Y
continuaron con su persecución.
Yo tan solo quería irme de ahí. Volver
a casa. Incluso pensé en que quería volver a casa de Jordan, que parecía lo más
segura. Aceleré el paso hasta llegar al lado de los autos. Intenté abrir las
puertas del Jeep de Beth, la del conductor y la trasera, iba a intentar con la
de Adam pero…
-¡¿Qué
estás haciendo?!- Me recriminó Mia.
No esperé que ella apareciera.
-¿Qué
no es obvio? Intento abrir la puerta. ¡Quiero volver!- Le grité fieramente.
Ella se la pasaba molestándose
conmigo, y ni siquiera le había dado motivos. Estaba aún lejos de mí, arriba de
unas rocas. Bajó agraciadamente y solo unos metros nos separaban.
-¿Qué
viste?- No tardó.
Y yo no era buena mintiendo a menos
que me conviniera.
-¿Eh?
¿Te preocupa que halla visto que son lobos?
Me miró en forma de reproche, tanto
que hacía que creyera que ser uno es malo.
Miriam y Beth aparecieron.
-¿A
quién viste cambiar?- Ahora que sus amigas estaban ahí, se sentía mas valiente.
¡Ja! Solo es apariencia. Se nota que está mas débil que yo, está tan flaca, que
sería pan comido quebrarle ‘‘accidentalmente’’ un hueso.
-¿Qué
pasó? - Dijo Beth. ¿A quién?
-Lamento
que te hallas quedado sola.- Me dijo Miriam.
La puerta del otro lado por suerte
estaba abierta, la abrí y busqué dentro mi mochila, esperaba encontrarme con
alguna pastilla.
-Beth,
me dijo que te quedaste aquí. De verdad…
-¡¿A
quién quieres ayudar?! Alto ¿si? Esto realmente no me sorprende. Así que ¡Deja
de fingir que aquí no pasa nada!- Exclamé con firmeza.
Me miraron extrañadas. Adam apareció.
-¿Tú
ya sabías que existían los …?- Cuestionó Miriam
-Si.
Y no se crean los especiales, ya sé de otras…- ¿Qué decir? Todo era imposible,
¡Rastreadores!- Necesito regresar.
-Para
contarle de esto a todo el mundo- Concluyó Mia. (Si que era tonta).
-Vasta
Mia, no digas lo primero que se te viene a la cabeza.- Ordenó Beth.
-¿A
quién viste?- Se preocupo Miriam, desde el alma hasta el habla.
-Adam-
No dudé.
-¿A
mi?
-Si.
Y no le veo lo extraño.
-Si
que eres nueva en la materia- Medio bromeó Beth.
-Es
cierto. Lo importante es… ¡Debo volver!
-¿Desde
cuando sabes de nosotros?- Dijo Miriam.
-No
mucho. Van a ser dos meses.
-¿Y
por qué lo sabes?- Aun no se acomodaba bien la blusa, el sujetador era visible
y abotonó bien su blusa.
-Por
cosas. Ahora…- Ya no se sentían los rastreadores.
O lo que ese muchacho era.
-Esperábamos
otra reacción de quien lo descubriera.- Aceptó Mia. Con un gran cambio.
Llegó Cole con Dick y Luke.
-Pues
error. No creí que todos lo fueran. Pero esto aclara que todos aquí lo son.
Sonreí, Adam me contestó con otra.
Miriam fue donde Cole y los otros. Y
las otras dos hablaron entre sí.
-No
cabe duda que eres fantástica.
-¡Hey
no te quedas atrás!- Le dije a Adam. Que me sonrió aun más.
-¿Qué
piensas… de nosotros?
-Son
geniales, como personas y no les puedo
juzgar de otra forma.
-A
partir de esto nos conoceremos más.
-¿Entonces
Jef…
-Oh.
Ese idiota se transformó en cuanto entró en el agua. Y se fue por ahí a asustar
a unas ratas. Es un novato.- Se burló él.
-Increíble
que no te inmutaras con la metamorfosis de Adam. Eres sorprendente- Me sacudió
el cabello. Cole, mi nuevo amigo… ¡Que confianzudo!
Me encanta!!!! Siento mucho no haber comentado antes, pero con esto del instituto y los examenes no he tenido tiempo para nada.
ResponderEliminarLo unico malo es que hay algunas partes que me pierdo, pero no te preocupes es que en España hay algunas expresiones y palabras que son menos freocuentes. Por lo demás, me encanta (no puedo decir otra cosa) :D. Ja ja.
Besos :)
By Triss
Gracias Triss!!! Como siempre, me alegran tus comentarios :D
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