31 Cantarela
-Mel.
Él es mi amigo casi hermano Cole. Este chico es el mejor.- Me decía Adam- Cole
ella es Melanie. De la ciudad al bosque.- Con sonrisa cautivante.
-Es
un gusto Melanie. Cole Lawton.
Pude babosearme por horas con Cole.
Era como dos cabezas más alto que yo. De tez morena como Adam. Y realmente
apuesto. Y sus músculos se daban a discutir.
-Melanie
Bennett- Dije estrechando su mano- Pero dime Mel o Melanie, bueno es igual,
pero, - Volví a ponerme nerviosa ¡Rayos!
Él chico se limitó a mirarme
amistosamente y volvió atrás con los otros. A ese punto no reconocía quien era
más importante que quién. Pero creo que él lo era.
-Es
muy guapo ¿no?- Me susurró Miriam tomándome del brazo.
Ella no estaba antes. Acababa de salir
del Jeep de Adam.
-Si,
algo- Tuve que decir.
Se quedó mirándome, secreteándose a sí
misma. Debatiendo si escupirlo o no.
Optó por hacerlo:
-Es
mi novio.- Soltó orgullosa. (Demasiado)
-¿En
serio? - Valla que ‘‘confundida’’ estaba corto a como me sentía- Wow, que bien.
Linda pareja. Eh.
-¿Lo
crees?- Aun no quitaba esa sonrisota de su cara.
-¡Claro!-
Más animada de lo que en realidad creía.
Y en realidad no lo noté, pero pude
sentir esa extraña conexión como la que se siente cuando miras a John y Jen.
Esto era muy parecido. Es más, creo que mas intenso, lo pude sentir y sin
necesidad de verles juntos.
Luke y Derek se acercaron a mí. Miriam
se unió al juego de béisbol de los otros.
-¿Qué
tal chica nueva?- Dijo uno de ellos.
-¿Nueva?
- Le miré con incredulidad. ¿Eso qué?
-En
el pueblo quiero decir.
-Tengo
nombre. Melanie.
-Soy
Luke, él es Derek.
Derek solo hizo un ademán, ladeó la
cabeza y se fue.
-Genial.
Y… tengo que admitir que tu eres un espécimen realmente singular.- No dejé de
mirarle los ojos y el cabello.
Él sonrió.
-
¿Por qué? ¿Por mis ojos púrpuras o mis greñas azules? Ja. Lo sé. Soy único.
-¿Quién
piensa en teñirse el cabello así, y los ojos…?
-No
son falsos. Así son. Y yo jamás me teñiría el cabello.
No se ofendió. Pero apartó la vista
hacía los pinos.
-Él
chico así es. No lo molestes por eso.- Dijo una chica de cabellera más rubia
que la más rubia que aya visto. Con unas mejillas rosadas, imposibles de
esconder.
-No
lo intento molestar solo…
-Cálmate
Mia. Es normal, no se ven chicos así en las afueras ¿no?- Dijo Luke.
Le dediqué una sonrisa. Y la rubia-
Mia- se molestó y también fue a jugar. Miriam volvió agitada.
-Luke.
Beth quiere verte jugar. ¡Ve! - Resopló.
-Nos
vemos luego- Luke se despidió agitando la mano y se fue.
-¿No
vas a jugar?- Me invitó ella.
-Ah.
No, no soy buena en… el béisbol. Y soy la novata, prefiero verles jugar.
Sonreí. Y escuché lo que él otro tipo
que no conocía le dijo a Adam y a Cole.
Mis oídos eran maravillosos.
-Oye.
No se vale. Yo ansiaba ver como tragabas el polvo que te dejaba Miriam. ¡Pero
la chica lo impide!
-Será
otro día. Y… ¡Gracias por estar de su lado!- Reclamó Adam.
-Exacto
Dick, ya será otro día.- Tranquilizó Cole.
Solo los miré. Conocía a un total de
cinco personas, formalmente. Todos juntos parecían una gran familia. Era
fantástico.
Adam, Cole, Miriam, Beth, Luke, Derek,
Mia y Dick. ¿Podían tomar el lugar de mis viejos amigos?
32 Sin
descanso
Abriéndose paso entre la multitud Beth
era la mejor. Aparecimos en el buffet mas rápido de lo que jamás estuve. Y mi
mente estaba decidiendo: ¿Cuál cafetería es peor? No quería admitirlo… esta,
sin duda.
Milagrosamente encontramos una mesa
vacía. Mia era la mas gruñona. Si, pero Beth era la mas tosca y aventada. Mia
la delicada.
-A
veces son muy buenos los cambios. No pienses que todos son iguales. Este sin
duda será el mejor de tu vida. - Alentó Beth.
Ella era tosca y evasiva. Pero una
gran chica. Un poco más alta que yo. Y la mayor parte del tiempo traía su
oscuro cabello en una coleta.
-Eso
esperamos Mel.- Dijo Miriam.
-Gracias.-
Sonreí.
Empezamos a comer. Y de pronto sentí
las fuerzas del recuerdo. La potencia con la que martillaba mi pecho al sentir
eso aproximarse a mi. Comencé a inquietarme y no pude más.
-Oigan.
¿Ustedes creen que existan los vampiros y hombres lobo?
Me miraron fijamente. Incluso Mia
estaba por atragantarse con su jugo. Yo sujeté mi soda, esperando que ella me
escudara de sus juicios contra mí.
-¿Tu
familia es científica?- Preguntó Beth.
-No.
-Oh,
entonces si te puedo contestar.
-Viniste
aquí ¿Por qué tu familia está influenciada por leyendas?- Preguntó Miriam.
-¿Qué?
No. Claro que no. Es solo que. Lo recordé. Olvídenlo no importa.
Ellas se relajaron. No las miré, solo
paseé mi vista por la ventana, aun así sentía sus miradas sobre mí. Pero no me
arrepentí por preguntar.
Lo dejaron pasar. Y prácticamente,
pasadas unas semanas ya eran mis amigas. Creo.
Adam me llevaba a mi casa. Pero solo
por diversión. Por que platicábamos y bromeábamos en el camino. No por que él
me obligara a estar protegida.
-Pocas
chicas son como tú.- Me dijo una vez- Diferente, divertida. Y no te interesa si
la gente piensa bien o mal de ti. Haces lo que crees mejor y ya.
Él era realmente tierno, en su físico
y su manera de ser. Con ojos compasivos y cabello melocotón. Su compañía no era
una carga, era agradable. Lamento que eso llegué a sentir con Ethan a mi lado.
Miriam por otra parte, decidió
llevarme a conocer a Monique. Pensó que era tiempo.
***
Una preciosa cabaña era hogar de esa
mujer. Todo en una maravillosa unión con la naturaleza que la rodeaba.
Ella llamó a la puerta. Pasos se
escucharon en respuesta. Y Monique abrió…
-¿Qué
tal Monique?
-¡Miriam!
Que gusto verte. No es así desde tu riña con Adam. Pasa. Pasen. - Me miró tan
felizmente. Que no supe que hacer en respuesta.
Asentí con la cabeza. Allí adentro era
muy acogedor y humilde. Un precioso recinto para una mujer adulta.
-Quería
que Melanie te conociera. Oh, por cierto ella está interesada en las historias
de vampiros y licántropos.
-Valla.
Pues es un gusto conocerte Melanie. Yo soy Monique. Vivo aquí desde que tengo
memoria. Y tengo varios relatos que tal vez te interesen.
No creí que Miriam diría algo sobre mi
pregunta. Y no es que yo estuviera interesada, solo, de alguna forma era parte
de esas leyendas mundiales.
-Gracias
señora, también es un gusto enorme conocerla. Miriam me insistía en que yo
debía conocerla.
-Oh,
pues espero no decepcionar tus expectativas.
-No
creo.
Fue realmente grandioso. Me contó por
horas historias sobre su pueblo, su familia y una que otra sobre lobos. Pero no
cosas que revelaran más de la cuenta. Supuse que se debían a cosas muy privadas
de su pasado. Yo no iba a irrumpir en nada. Pero me fascino escuchar tantos
relatos.
Era como tener una linda abuela a
quien acudir. Me entristeció ese recuerdo. Los padres de mis papás fallecieron.
Los cuatro en el mismo avión en unas vacaciones a Lima, Perú. Nunca llegaron. Y
yo nunca los vi. Eso ocurrió apenas cuando Fer era un bebé.
Y Monique era una mujer mayor.
Aparentaba unos 50 años cuando mucho. No se veía como para ser mi abuela, pero
si un pariente al que le puedes pedir apoyo.
Luego de varios relatos:
-Y
los niños vienen a verme casi todos los días. Mi esposo sale de viaje a menudo.
Si tú quieres venir algún día serás bienvenida.
-Muchas
gracias. Tenga por seguro que lo haré.
Jeannette retomó su trabajo. Mark
igual. Ambos iban y venían de Nueva York. Mi hermana no quería que yo me
quedara sola en casa. Me sacó -en parte- de mi casa por eso y ella tenía que
hacer lo mismo.
-Monique.
A esas bestias enormes no les puedes llamar ‘‘niños’’. Ya están viejos. La mas
pequeña es Mia. ¡Y tiene 15!
-Bueno,
para mi seguirán siendo niños. Crecen en cuerpo pero no en espíritu. Incluso tú
eres una niña. No deberías tener novio tan chica.
Esta mujer realmente me cayó muy bien. Bromeaba y todo con Miriam
y conmigo. Mia llegó en seguida. Me miró irritada y subió las escaleras.
-¿Ella
vive aquí?- Me atreví.
-Si.
Ella y Dick.- Contestó Monique más amable que nada.
-Son
hermanos. Mia trabaja en la cafetería del pueblo. Es mesera.
-¿No
está muy chica?- Me atreví de vuelta.
-Si,
pero lo necesitan, ella y Dick ayudan a Monique y Joe con los gastos de la
casa.- Me informó Miriam.
-Joe
es mi esposo. La madre de ambos era prima de Joe, ella y su novio murieron. Son
medios hermanos. Él padre de Dick viene a veces a verle. No se llevan bien el
hombre y Mia.
¡Que gran drama! Pensé
instantáneamente, pero no lo iba a mencionar ni de chiste.
-Sé
que no debo, pero, si él padre de Dick esta bien… ¿Por que no vive con él?
-Por
que, ese hombre solo quiere al muchacho. Si se lo lleva, Mia se quedaría sin
hermano. Dick prefiere trabajar aquí a irse sin ella. Por eso, si tu la vez
irritada, comprende que no es por que sea una mala chica. Es por que vive
triste. Sin padres y le quieren arrebatar a su única familia- Monique estaba
mas serena que una canción de cuna.
-Valla.
Esa sí que era una gran respuesta a su
déspota comportamiento. Tal vez no me odiaba, solo estaba devastada y cansada.
Beth también llegó, junto a Dick.
Ambos saludaron de forma educada.
-Moni
¿llegó Mia?- Le preguntó Dick.
-Si,
está arriba.
Subió. Y seguimos charlando pero sobre
Beth, no de los dos de arriba. Al poco rato oscureció. Luke y Cole también se
aparecieron. ¿Todos viven ahí? Seria más sorprendente que viviesen ahí a cuando
supe que mis amigos vivían en casa de Jordan. Pero Cole dijo:
-Solo
estoy de paso. Vine por las cosas que dejé y por Miriam.
Al mencionar su nombre, el rostro se
le iluminó. Ella era lo más importante para él sin duda. Se quedaron un rato
más.
Mi celular comenzó a vibrar. Y yo
estaba tan tranquila y contenta que lo contesté inconscientemente.
-¿Hola?-
Contesté mirando a mis nuevos amigos.
-Hey.
Hola, al fin contestas. Zack bastante lo intentó pero tú, nada que le haces
caso. ¿Todo bien?
Me sorprendí un poquito al reconocer
la voz. Luego de escucharle creí que era Brad, pero no.
-¡Hey!
Ha pasado tiempo. Si todo bien. ¿Todo bien por allá?- Bajé el tono de mi
impresión- ¿Estás bien John?
-Obvio
que si. Nos preocupamos.
-¡Ay
por favor! Eso es todo lo que saben hacer.
Todos me miraron extrañados. Derek
desapareció en las escaleras para ir al piso de arriba.
-Tranquilízate.
No saben que intenté llamar. Jen me insistió que tratara. Lo bueno es que estás
bien. Ethan y Zack se alteraron. Creían que los Rastreadores te alcanzaron, que
te hicieron daño.
-Pues,
diles que estoy bien. Vasta de preocupaciones. ¿No se los dijo Mar?
-Ah.
Si, lo mencionó, dijo que te mudaste a quien sabe donde. Pero era poco probable
que fuera verdad. ¿Dónde estás?
-No
se lo dije a Marisol, menos a ti. Lo que importa es que estoy bien. Mucho mejor
a como estaba antes. Antes… de ver a ella- Hice una pausa milenaria.
-Aja.
Continua. Estoy en mi habitación a prueba de ruido.
-No
creo que deba… Estoy ocupada, te llamo después.
-¡No
Mel! No lo harás. Di lo que sea, no cuelgues.
-Salúdame
a Jen, y a todos. En especial a las chicas. De verdad te llamaré.
-¡Mel!-
Imploró.
-Cuídate
mucho John. Adiós.
-Nos
vemos. ¡Y…! Ten cuidado.- Se rindió.
Colgué. Desde la mudanza, primera y última ve que me
comuniqué con él o con alguien de mi vieja vida.
Cené deliciosamente en casa
de Monique. Luke y Beth me llevaron a casa. Extrañé vagamente las bromas de
John en el almuerzo.
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