Y siguiendo sin elegir el nombre el capi siguiente finalmente publicado :D
Enjoy!!!!!
5- Alexa
“Verter
el contenido en una cacerola”- Bueno, algo así decía la envoltura de la cosa
supuestamente comestible, según el empaque era algo así como sopa instantánea,
pero yo por supuesto leí mal, por que lo único que debía hacer –y ya lo sabía-
era calentar agua, agregarla al empaque y esperar hasta que esos fideos
sintéticos estuvieran suaves y listos para arruinar mi sistema digestivo como
venían haciendo todo el tiempo…
Judith,
mi compañera de lengua extranjera dijo que vendría para terminar el proyecto de
una buena vez y así no toparse conmigo otra vez, bueno eso no me lo dijo, pero
yo lo sabía. No es que supiera todo, pero una vez que eres rechazada tres mil
veces por ciertas personas, no es difícil que te des cuenta de lo que pasa;
simplemente a la gente no le agradas demasiado. Es algo con lo que eh aprendido
a lidiar.
-¿Comiendo eso de nuevo Alexa? No creo
que sea buena idea. – Me dijo el Señor Jeff entrando en la sala de estar.
-Ya cenaré algo saludable…- Dije
sosteniendo el cilindro de hielo seco, me quemaba las manos, casi podía sentir
que el esmalte café de mis uñas derritiéndose.
-¿Segura
Alexandra? ¿No te escaparás de la cena otra vez? No creas que no lo noto, si
sigues así voy a tener que llevarte con un nutriólogo, un psicólogo o lo que
sea necesario. No vas a morir de hambre. No mientras yo este aquí para
impedirlo.
Tomó
un libro del estante al lado de la televisión y su agenda de la mesita de
centro. Le dediqué una sonrisa hizo hincapié de su advertencia con su índice
sobre mi y desapareció escaleras arriba.
Eso
era muy lindo de su parte, preocuparse por mí, en lugar de preguntar por su
hija. A veces él hacia eso, y me hacía sentirme como alguna especie de hija
suya, pero nunca lo suficiente como para olvidar de donde vengo.
Obviamente
me sentí mal, por que al finalizar la noche, yo no volvería a cenar, para mi
estos fideos mal olientes eran demasiado para mi pobre vida.
***
-No escuches si no quieres, pero por lo
menos mira la cámara… ¡Sonríe!
Brenna
siempre es entusiasta, la primer parte de su oración obvio que era para mí,
pero el resto se perdió en mi mente, no entendí si me lo decía a mí o a Megan, que
se cubría la cara con las manos, Denisse posaba para la futura fotografía y yo
me cubría fantasiosa con un libro la mitad del rostro, me daba risa ver la
expresión que todas teníamos en la cabecera de la cama de Brenna.
-¡Chicas! Somos sexys, somos geniales.
¡No dejen que esta sea una foto mediocre!- Dijo Denisse.
Realmente
me divertía estar ahí, fingiendo que mi vida podía ser por lo menos un poco
feliz y despreocupada… ¡Es domingo! ¡Que rayos!
Le
di un codazo a Megan para que de una buena vez se dejara tomar la fotografía.
Y
así Brenna logró una pequeña sesión fotográfica.
Denisse,
Yo, Megan y Brenna, aparecimos en las fotos.
Me
sorprendió mi rostro, lucía tan feliz y alegre, que creí que era otra persona. En las imágenes, aparecía
con el cabello revuelto, asiendo muecas, revolviéndole el cabello a Megan,
Denisse a mí, Brenna mirándonos como si fuéramos alienígenas; a veces asustada,
sorprendida, supuestamente triste, pero lo hacía de manera tan divertida que no
podía fingir.
-¡Tendré un cien, no, un millón de
calificación! Y descuida Megan, los del comité sólo me encargaron mostrar y
rediseñar una imagen, así que todas las demás en las que apareces
vergonzosamente no serán públicamente expuestas.- Aseguró Brenna.
-Que graciosa.- Fulminó Megan.
-Denisse, te encantan las fotografías
pero… ¿Cuántas no te haz tomado en la vida?- Pregunté.
-Oh vamos, nunca son suficientes, y en
algún tiempo estaban mas de moda las pinturas, ¡Oh no hay nada como una buena
foto! Rápida, segura y hermosa, no hay como disfrutar de eso, con las pinturas
tienes que quedar inmóvil por horas… es por eso que siempre las disfruto.
Seguimos
tomando fotos locas, todas sin sentido, pero con mucho al mismo tiempo, ya que,
demostraban un pequeño trozo de nuestra amistad.
Y
me decían que ellas se esforzaban por hacerme olvidar el peor rechazo de mi
vida, ese que me ha obligado a querer morir.
Megan
se ofreció a terminar el proyecto de lengua conmigo, y le agradecí por ello.
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